El Ministro del Interior elogia la labor de los directores de centros penitenciarios
El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha elogiado la labor de las directoras y directores de los centros penitenciarios estatales, reconociéndolos como “parte fundamental de la institución penitenciaria y del Ministerio del Interior”. Durante un encuentro en Ciudad Real, que ha contado con la presencia del subdelegado del Gobierno en la provincia, David Broceño, Grande-Marlaska ha subrayado el papel crucial que desempeñan estos profesionales en la sociedad democrática, instándolos a perseverar en su cometido.
La reunión, dirigida por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha reunido a responsables de 66 centros penitenciarios, dos hospitales psiquiátricos y trece centros de inserción social. En este marco, se han debatido las principales líneas de acción en el ámbito penitenciario, incluyendo la gestión diaria y los desafíos futuros relacionados con el régimen abierto y las alternativas a la prisión.
Grande-Marlaska ha enfatizado la misión de reeducación y resocialización de los internos, resaltando la necesidad de una administración penitenciaria eficiente. Ha repasado logros significativos de la pasada legislatura en infraestructuras y formación profesional, citando la apertura de nuevas instalaciones y el notable aumento en la inversión para la capacitación de los empleados penitenciarios, que ha ascendido a 700.000 euros el último año, un 90% más que en 2018.
El esfuerzo por incrementar las plantillas ha sido otro punto destacado, con más de 6.500 plazas ofertadas desde 2018. El proceso de selección para ocupar hasta 965 nuevas plazas ya está en marcha, reflejando el compromiso con el fortalecimiento del sistema penitenciario.
Para concluir, el Ministro ha agradecido a todos los asistentes y al personal penitenciario su dedicación diaria, afirmando que “son los equipos cohesionados los que sostienen proyectos tan exigentes como éste”. Su discurso ha puesto de relieve la visión de la administración penitenciaria española como un modelo a seguir y un indicador de la fortaleza democrática del país.
