Un nuevo informe de Greenpeace ha publicado una dura advertencia sobre la necesidad de implementar una drástica reducción de la superficie de regadío en España, a fin de adaptarse a la futura disponibilidad de agua en el contexto del cambio climático. El estudio, titulado «¿Cuánto podremos regar? Análisis del agua disponible en una España con cambio climático», indica que el país deberá disminuir entre 650.000 y un millón de hectáreas de regadío para el año 2040.
La crisis hídrica se agudiza en España. Según el informe, la emergencia climática provocará una notable reducción en la disponibilidad de agua en las próximas décadas. Las proyecciones apuntan a que se experimentará una disminución de las precipitaciones, junto con un aumento de la evapotranspiración debido a las temperaturas más altas, y sequías más frecuentes e intensas.
Estos factores llevarán a una disminución de entre el 4,04% y el 6,88% en la disponibilidad de agua para 2040, según los datos oficiales analizados por Greenpeace. Frente a este preocupante escenario, la organización ecologista propone una serie de medidas. Entre ellas se encuentra la reducción del 20-25% de la superficie actual de regadío, la implementación de una moratoria urgente sobre nuevos regadíos intensivos, la eliminación de todos los regadíos ilegales del país, la congelación de inversiones en nuevos proyectos de regadío y la revisión de los proyectos de modernización para evitar que se utilicen como justificación para incrementar la superficie regada.
El informe también advierte que, de no tomarse medidas inmediatas, aumentarán los conflictos por el uso del agua entre diversos sectores, incluyendo la agricultura, las hidroeléctricas, el uso urbano y recreativo, así como los caudales ecológicos de ríos y ecosistemas acuáticos. Julio Barea, responsable de la campaña de Agua en Greenpeace, subraya que no se está demonizando el regadío, sino que se busca reducir la demanda ante la menor disponibilidad de agua, resaltando la situación de los pequeños y medianos agricultores, quienes necesitan un enfoque que no les deje sin futuro.
Este informe se presenta coincidiendo con el cierre del año hidrológico 2023-24, que muestra una mejora en los niveles de los embalses respecto al año anterior, situándose en un 47,92% de su capacidad. No obstante, Greenpeace advierte que este dato no debe llevar a la complacencia, recordando que es una mejora puntual en una tendencia descendente. Barea sostiene que la crisis del agua se resolverá cuando haya agua disponible, alertando que, en caso contrario, será demasiado tarde.
La organización ecologista concluye que, si no se toman medidas urgentes, España podría enfrentar un colapso hídrico en las próximas décadas, lo que tendría graves repercusiones para la agricultura, la economía y el medio ambiente del país.
vía: Diario de Castilla-La Mancha