El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, se reunió este miércoles en la sede del Ministerio con la dirección internacional de la multinacional alemana Mahle, en un esfuerzo por encontrar alternativas que reduzcan el impacto laboral y productivo de los ajustes de plantilla que la empresa anunció el pasado jueves. Estos ajustes afectarán principalmente a las plantas de Mahle en Motilla del Palancar (Cuenca) y Paterna (Valencia).
Durante el encuentro, que incluyó la participación de altos directivos de Mahle, como William Fabre, director de Operaciones Motor & Drive Systems, y Richard Bargsten, Head of Global Electronics, se abordaron estrategias para minimizar los efectos negativos de la reestructuración. El ministro Hereu enfatizó que la prioridad del Gobierno es proteger los puestos de trabajo y mantener las capacidades productivas en ambas localidades.
En la reunión también estuvieron presentes la consejera de Economía, Empresas y Empleo de Castilla-La Mancha, Patricia Franco, y el secretario autonómico de Industria, Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana, Felipe Javier Carrasco. Hereu subrayó que tanto Mahle como las administraciones regionales disponen de todos los instrumentos de política industrial para afrontar esta situación.
El Ministerio de Industria ha dispuesto una mesa de seguimiento que incluirá a todas las partes implicadas, con el objetivo de evaluar diversas estrategias de apoyo al empleo y a la industria local. Además, se mantiene un canal de comunicación abierto con los sindicatos UGT y CCOO, así como con los gobiernos autonómicos de ambas comunidades, para coordinar acciones en favor de los trabajadores afectados.
El ministro recordó que la futura Ley de Industria y Autonomía Estratégica, actualmente en tramitación parlamentaria, dotará al país de nuevas herramientas para gestionar procesos de reestructuración empresarial de manera más efectiva y fomentar alternativas industriales sostenibles.
Con estas medidas, se busca evitar que la reestructuración anunciada por Mahle tenga un impacto negativo en el empleo y la actividad industrial en Cuenca y Valencia, garantizando así un futuro más estable para los trabajadores de estas regiones.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
