En la pequeña localidad costera de Tomás del Mar, la comunidad se encuentra maravillada ante la impresionante hazaña de un hombre que ha conseguido construir, por sí solo, un megayate casero de más de 30 metros. Francisco López, un ingeniero naval retirado de 62 años, ha dedicado más de cinco años y una considerable parte de sus ahorros y recursos a terminar esta espectacular embarcación, que ha causado revuelo tanto a nivel local como en el mundo marítimo.
Desde su infancia, López ha sentido una profunda fascinación por el mar y la construcción naval. Recuerda pasar horas de niño observando barcos en el puerto cercano, lo que alimentó su sueño de un día crear su propio yate. A lo largo de su carrera como ingeniero, acumuló un vasto conocimiento técnico y práctico, trabajando en diversos proyectos alrededor del mundo. Sin embargo, no fue sino hasta su jubilación que decidió dedicarse por completo a hacer realidad su sueño.
El ambicioso proyecto comenzó en el patio trasero de su casa, donde, con la ayuda de un par de amigos, López comenzó a diseñar y ensamblar las primeras piezas del casco. Utilizando principalmente acero y aluminio, aplicó técnicas innovadoras que había perfeccionado durante su trayectoria profesional. A medida que avanzaba en la construcción, la noticia de su empeño fue corriendo entre los vecinos, quienes de manera desinteresada colaboraron en diferentes tareas, como la pintura y la carpintería interior.
El megayate, que lleva el nombre de «Sueño Marino», está dotado de todas las comodidades que se esperaría de una embarcación de lujo. Sus características incluyen varios camarotes espaciosos, un salón principal con impresionantes vistas panorámicas, una cocina totalmente equipada, una zona de spa e incluso una pequeña piscina en la cubierta superior. Además, López incorporó la última tecnología; «Sueño Marino» cuenta con sistemas de navegación modernos, paneles solares para promover la sostenibilidad y materiales insonorizantes que garantizan el máximo confort a bordo.
El lanzamiento del yate fue un evento que unió a toda la comunidad, con la asistencia casi total del pueblo. La celebración incluyó música, comida y emotivos discursos, entre ellos el de López, quien agradeció a todos aquellos que contribuyeron en el proyecto y expresó su esperanza de que «Sueño Marino» inspire a otros a perseguir sus propios sueños, sin importar cuán ambiciosos sean.
Desde su botadura, el «Sueño Marino» ha navegado por diversas rutas del Mediterráneo, convirtiéndose en un símbolo del ingenio y la pasión de Francisco López. Su historia ha despertado el interés de marineros y entusiastas de la náutica de todo el mundo, quienes ven en él un ejemplo de que, con determinación y esfuerzo, es posible materializar un sueño y crear una obra maestra flotante con las propias manos. En definitiva, este megayate no es solo una proeza de ingeniería naval, sino un testimonio palpable de que los sueños pueden hacerse realidad mediante la perseverancia.