En Europa, España se destaca como el país con la mayor esperanza de vida, que actualmente alcanza los 84 años. Los datos de Eurostat revelan que en solo un siglo, la expectativa de vida se ha incrementado de manera notable, pasando de apenas 42 años en 1910 a cifras que superan las de naciones históricamente longevas como Italia y Francia.
La historia de Carmen, una mujer de 87 años que pasea por el Retiro, ilustra este aumento dramático en la esperanza de vida. Mientras su bisabuela apenas alcanzó los 40 años, Carmen disfruta de una vida que le ha otorgado prácticamente el doble de tiempo. Este cambio se ha debido a una combinación de avances médicos, el valor de la dieta mediterránea y un sistema sanitario reconocido mundialmente.
El camino hacia esta longevidad no ha sido lineal. La mortalidad infantil y las enfermedades infecciosas azotaban a España a principios del siglo XX, un período marcado también por la devastadora gripe de 1918 y la Guerra Civil. Sin embargo, a partir de la década de 1950, los españoles comenzaron a ganar años gracias a la introducción de antibióticos, vacunas y un sistema de salud universal creado en 1978, que sentó las bases para el Estado del bienestar.
La capital, Madrid, brilla en este panorama, con una esperanza de vida de 86,1 años, superando a regiones prósperas y reconocidas como las de Suiza y algunas ciudades italianas. Navarra y Castilla y León siguen de cerca, con esperanzas de vida de 85,8 y 85,5 años, respectivamente.
El éxito de España en longevidad se atribuye a varios factores, entre ellos una dieta mediterránea rica en nutrientes, acceso universal a servicios médicos de alta calidad y una vida social activa. La diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres se ha reducido, aunque las mujeres aún viven 5,2 años más. El descenso del tabaquismo y una mayor atención a la salud por parte de los hombres son factores que han contribuido a esta reducción de la brecha.
La llegada de la pandemia de COVID-19, sin embargo, resultó en un descenso significativo en la esperanza de vida, al caer de 83,5 años a 82,3 en 2020. A pesar de este retroceso, España mostró resiliencia, recuperando y superando sus niveles previos en los años siguientes.
A futuro, las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística son optimistas, sugiriendo que la esperanza de vida podría alcanzar los 88 años para 2073. No obstante, este aumento también plantea retos para el sistema de cuidados, pensiones y atención a la dependencia.
Al final, la evolución de la esperanza de vida en España refleja no solo un avance significativo en la calidad de vida, sino también un esfuerzo colectivo a lo largo del tiempo, que ha permitido a los españoles disfrutar de más años y, sobre todo, de una mejor calidad en esos años.