El Seprona de la Guardia Civil, en colaboración con el Cuerpo de Agentes Medioambientales de la Junta, ha concluido una rigurosa investigación sobre el incendio forestal que se registró el 30 de julio en Gabaldón. Este devastador siniestro causó la destrucción de 2.226,98 hectáreas de masa forestal, afectando los municipios de Gabaldón, Valverdejo, Barchín del Hoyo y Piqueras del Castillo.
La investigación se inició el mismo día del incendio y estuvo coordinada entre ambas instituciones. A través del análisis de los rastros dejados por el fuego, los investigadores lograron reconstruir cómo se desarrolló el incendio, obteniendo datos cruciales sobre su dirección de propagación, la intensidad calórica y la velocidad a la que avanzaba.
Los hallazgos revelaron que, a pesar de las estrictas prohibiciones vigentes en ese periodo de alto riesgo, la persona investigada llevó a cabo labores de empacado en condiciones inadecuadas. El día del incendio, el índice de propagación de incendios forestales estaba clasificado como «extremo», y la cercanía de la actividad al área donde se originó el fuego fue determinante para su rápida expansión.
Los expertos sugieren que la máquina utilizada durante el empacado pudo generar suficiente calor o chispas que, al entrar en contacto con la paja seca, iniciarían la combustión. Se presume que la paja encendida se esparció sobre el rastrojo en proceso de manipulación, provocando un incendio que se extendió rápidamente, alcanzando más de 2.000 hectáreas. A pesar de los esfuerzos por controlar el fuego, el individuo responsable abandonó el lugar ante el incontrolable avance de las llamas.
Tras identificar a la persona implicada, el Seprona ha procedido a su investigación por un presunto delito de incendio forestal por imprudencia. Las diligencias realizadas han sido completadas y enviadas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Motilla del Palancar, donde se darán los siguientes pasos legales correspondientes.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
