En el transcurso de 2023, se ha observado un alarmante aumento del 13% en los casos de cólera a nivel mundial, mientras que las muertes relacionadas con esta enfermedad han crecido un impactante 71%, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este significativo incremento pone de relieve las serias deficiencias en el acceso a tratamientos adecuados en diversas regiones del planeta.
La OMS ha solicitado urgentemente 50 millones de dólares para hacer frente a esta crisis sanitaria, que se ha visto intensificada por múltiples factores, incluyendo conflictos armados, el cambio climático y la grave falta de acceso a agua potable en las áreas más afectadas. Estos elementos, combinados con el desplazamiento forzado de poblaciones, han creado un entorno propicio para la propagación del cólera.
Las cifras actuales superan los 535,000 casos de cólera y 4,000 muertes, lo que representa un drástico contraste con los más de 472,000 casos y 2,350 fallecimientos registrados en 2022. El año en curso ha marcado un hito, ya que varios países han reportado «muertes comunitarias”, es decir, fallecimientos ocurridos fuera de los centros sanitarios, lo que evidencia la falta de atención médica oportuna en las áreas más impactadas. Hasta la fecha, 45 países han notificado brotes de cólera, siendo los más graves en naciones como Afganistán, Haití y Etiopía. A pesar de que regiones de Oriente Medio y Asia han experimentado una disminución de los casos, África ha visto un aumento del 125% en los contagios.
Además, la OMS ha enfatizado que la propagación de cólera en áreas con sistemas de salud debilitados está intrínsecamente ligada al desplazamiento forzado de personas. La falta de acceso a servicios médicos y las dificultades para implementar medidas de control han incrementado las tasas de mortalidad comunitaria, alarmando así a la comunidad internacional.
Los factores detrás de estos brotes son preocupantes. La escasez de agua potable, el deterioro de los sistemas de saneamiento y el impacto del cambio climático son algunos de los problemas que han permitido que esta enfermedad resurja con tanta fuerza. Conflictos y desastres naturales han forzado a millones a abandonar sus hogares, creando condiciones propicias para el cólera, mientras que la carencia de higiene adecuada y servicios básicos sigue afectando a comunidades vulnerables de manera grave.
Ante esta devastadora situación, la OMS ha llamado a una inversión urgente para abordar la crisis. Su objetivo es fortalecer la infraestructura sanitaria y asegurar la distribución de suministros médicos esenciales, que incluyen vacunas y tratamientos necesarios para disminuir la mortalidad. Asimismo, se están formulando iniciativas para mejorar el acceso a agua potable y promover mejores condiciones de saneamiento en las regiones más impactadas por esta enfermedad.