El profesor universitario Javier Espejo Surós ha pasado unos días en Alcázar de San Juan, donde ha tenido la oportunidad de conocer de primera mano la ciudad, su patrimonio turístico y algunos de los rincones más emblemáticos de La Mancha.
Durante su estancia, asistió junto a su familia a uno de los tradicionales «Almuerzos de don Quijote», organizados en su honor. A este encuentro también se sumó el Socio de Honor y gran amigo de la ciudad, Carlos Mata Induráin, quien, a pesar de encontrarse en Madrid, no quiso perderse la ocasión de compartir la jornada en Alcázar, localidad que ya considera casi como propia.
El almuerzo, que comenzó con un aperitivo en el patio bajo la parra, sirvió de escenario para que Espejo Surós compartiera con los asistentes los detalles de su proyecto pedagógico titulado «Star Words», dirigido a la divulgación educativa a través de la literatura.
Javier Espejo Surós es profesor e investigador con más de dos décadas de trayectoria en Francia. Actualmente imparte docencia y dirige programas de máster en la Université Catholique de l’Ouest (Angers), además de colaborar como investigador en el Centre d’Études Supérieures de la Renaissance de la Université de Tours.
A lo largo del segundo semestre del pasado curso, fue requerido por la Universidad la Sorbonne (Paris 3) para impartir clases sobre La vida es sueño, de Calderón de la Barca y también sobre Retórica y Estilística. En el primer caso, creó un recorrido por la exposición sobre Ribera, coincidiendo con la gran exposición en el Petit Paláis que se celebra actualmente, para abordar con los estudiantes un estudio comparado de Calderón y la pintura barroca.
En el segundo caso, lo que desarrolló -y es lo que llamó la atención de los cervantistas alcazareños-, fue un programa de clases de Retórica y Estilística, en segundo año de Filología Hispánica que tenían por objeto promover el placer de la lectura y el análisis y comentario de textos manejando las herramientas de especialidad.
Ahí le surgió la idea de inventar una suerte de juego, localizado en un universo distópico (pero muy próximo) dominado por la inteligencia artificial y en el que la literatura emerge como forma de resistencia. Se trataba de abordar los temas de clase toda vez que se critica y parodia esta obsesión por la inteligencia artificial, tan peligrosa. Que la orden clandestina de estudiantes fuera bautizada como «Orden de la Mancha» se impuso con naturalidad.
A través de esta actividad y con unas pautas previamente facilitadas, los estudiantes debían encontrar en los textos actuales, los mismos recursos retóricos y estilísticos de la literatura desde el Siglo de Oro Español y que aún siguen perviviendo y continúan siendo utilizados por los autores actuales, cuatrocientos años después. Este ambicioso programa tuvo un éxito inmediato y puso a los alumnos a trabajar con ganas, haciéndoles más fácil y fluido su aprendizaje que era el objetivo propuesto por Javier Espejo Surós.
Los alumnos participaron gustosamente en el proyecto y convertidos de “forma clandestina” en los caballeros de «la Orden de la Mancha» alcanzaron sobradamente los objetivos propuestos como eran el de reflexionar sobre qué es un texto literario, entendido como un objeto de creación y análisis, y también el de convertirse en lectores competentes armados con el rigor necesario para interpretar y preservar aquello que «Zote (el enemigo, la IA)», quería destruir.
Por tanto, resultó una visita muy enriquecedora para los alcazareños, en la que alrededor de unos platos típicos manchegos, volvieron a aumentar sus conocimientos sobre el mundo cervantino, esta vez a través del filólogo Javier Espejo Surós que ya es un amigo más de este grupo de entusiastas cervantistas manchegos.
Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan