En medio de la devastación que dejó la DANA, una ola de solidaridad y apoyo se desató en Paiporta, donde miles de voluntarios se unieron para ayudar a las comunidades afectadas. Las palabras de Steven, un joven de 23 años, reflejan el sentimiento compartido por muchos: “Lo que viví en Paiporta me acompañará toda mi vida”.
Entre los grupos de voluntarios que se movilizaron, los Testigos de Jehová destacaron por su gran respuesta. En España, cuentan con una bolsa de 22.000 voluntarios, muchos de ellos jóvenes dispuestos a colaborar en proyectos de construcción y en situaciones de emergencia. La DANA se convirtió en un momento crucial donde muchos de estos jóvenes ofrecieron su tiempo y esfuerzo.
Steven regresó a Paiporta después de enterarse de que su madre y hermana habían sufrido un accidente. Testigo de los daños provocados por la DANA, se dedicó a repartir comida, ayudar en la limpieza y en la remoción de escombros. “La solidaridad y el altruismo son valores cristianos que tenemos que fomentar en nuestra sociedad”, expresó, añadiendo que sus acciones ofrecen esperanza en tiempos oscuros.
Alejandro, un joven de 20 años, vivió la angustia de no saber si su familia había sobrevivido a las inundaciones cuando su padre y su hermana se quedaron atrapados en el tejado de una gasolinera. Afortunadamente, fueron rescatados al día siguiente, lo que le permitió continuar ayudando como voluntario. “Estar ocupado me ayudaba a no pensar en lo que había perdido”, compartió.
Evelyn, de 18 años, también retrató la experiencia desgarradora de quedar atrapada en un ascensor mientras las aguas subían. Cuando las puertas se abrieron milagrosamente, sintió que había recibido una segunda oportunidad. “De las situaciones más catastróficas se puede sacar algo bueno”, reflexionó sobre cómo las enseñanzas bíblicas resuenan en su deseo de ayudar a los demás.
Por su parte, Juanjo, un joven de 22 años de Madrid, se unió a otros profesionales sanitarios para ofrecer ayuda. Honesto acerca de la pesadez del momento que vivieron, destacó la satisfacción que siente al ser útil en momentos de crisis: “Me quedo con el recuerdo del agradecimiento de la gente”.
Cada uno de estos jóvenes comparte una visión en común: la verdadera felicidad reside en ayudar a quienes lo necesitan, un sentimiento que se ha posado con fuerza en sus corazones en medio de la adversidad.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
