Desde hoy, 30 de mayo de 2025, entra en vigor una nueva normativa que regula los períodos hábiles de caza y las vedas en Castilla-La Mancha para la temporada cinegética 2025-2026. Esta orden tiene como objetivo mantener a la región en la vanguardia de la gestión cinegética sostenible, promoviendo la caza como una actividad que respeta la biodiversidad y refuerza su valor social, económico y ecológico.
Mercedes Gómez, consejera de Desarrollo Sostenible, ha destacado entre las novedades de esta normativa la autorización de la caza de la tórtola europea, gracias a la recuperación de esta especie. Esta actividad se permitirá los días 23 y 24 de agosto en cotos específicos, con un cupo limitado de capturas y la obligación de registrar los ejemplares a través de una aplicación móvil de precinto digital.
Asimismo, se introduce un nuevo periodo para la caza de la liebre, que irá del 8 de octubre al 25 de enero, con un límite de dos liebres por cazador y día. Gómez también ha subrayado la continuidad de medidas para controlar la sobreabundancia de ungulados como ciervos, gamos, corzos, jabalíes y cabras montés.
El periodo general de caza comenzará el 8 de octubre y concluirá el 8 de febrero para las especies de caza menor, mientras que para las de caza mayor se extenderá hasta el 21 de febrero. En cuanto a la media veda, se ha establecido un periodo que va del 20 de agosto al 21 de septiembre para la paloma torcaz y la paloma bravía, permitiendo la caza solo los jueves, sábados y domingos. Para la codorniz común, el periodo de media veda se fijará del 20 de agosto al 15 de septiembre, a excepción de las comarcas de Serranía Alta de Cuenca y Alcarria Baja de Guadalajara, donde se ampliará del 27 de agosto al 15 de septiembre.
Durante una rueda de prensa en la que se presentaron los Premios del Día del Medio Ambiente 2025, Gómez informó que en la actualidad hay 108.331 licencias de caza activas en la comunidad, de las cuales 45.584 son gratuitas para los residentes. La región dispone de 5.700 cotos de caza, incluyendo nueve sociales, lo que facilita el acceso a esta actividad para toda la población. Además, la caza genera más de 14.000 empleos directos en la región.
La consejera enfatizó el importante papel ambiental de la caza, considerándola una «herramienta de gestión de la fauna silvestre» y un método eficaz para controlar enfermedades como la gripe aviar y la peste porcina africana. Tanto cazadores como gestores de cotos se convierten en custodios del territorio, desempeñando un papel clave en la conservación de los ecosistemas.
vía: Diario de Castilla-La Mancha