El líder de Junts, Carles Puigdemont, ha intensificado la presión sobre el Gobierno español al registrar una iniciativa parlamentaria que exige al presidente Pedro Sánchez someterse a una cuestión de confianza. Esta acción se produce tras un año de incumplimientos en el acuerdo de investidura firmado entre Junts y el PSOE en Bruselas, un hecho que Puigdemont ha destacado como preocupante. Desde la capital belga, donde Junts ha celebrado su Ejecutiva Nacional, el expresidente catalán criticó duramente a Sánchez, acusándolo de falta de fiabilidad y resaltando el hecho de que la Ley de amnistía no se haya aplicado completamente a su caso.
La presión ejercida por Junts se coincide con el inicio de las negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado, donde el partido exige que su apoyo esté condicionado al cumplimiento de los puntos pactados. Entre las demandas más significativas se encuentran el traspaso de competencias en inmigración y una senda de déficit revisada, aspectos que hasta el momento no han sido abordados con seriedad por el Gobierno.
Desde la firma del acuerdo en Bruselas, solo se ha cumplido de manera parcial la promesa de aprobar la Ley de amnistía, que, a pesar de su aprobación, aún no brinda beneficios directos a Puigdemont. A su vez, la celebración de un referéndum de autodeterminación y el establecimiento de una financiación singular para Cataluña son otras áreas donde los avances han sido escasos.
Junts ha reafirmado su postura de negociar de forma fragmentada, dejando claro que no se compromete a garantizar la estabilidad del Gobierno a largo plazo. Además, han criticado las propuestas formuladas por el Ejecutivo, especialmente el pacto de financiación con ERC, argumentando que no satisfacen las necesidades de Cataluña. Esto aumenta la presión sobre Sánchez, quien necesita consolidar alianzas para avanzar en sus políticas esenciales.
La situación se complica con las negociaciones de los Presupuestos, donde Puigdemont ha dejado claro que cualquier apoyo está ligado al cumplimiento de acuerdos como el traspaso de competencias en el ámbito de inmigración. Sin embargo, desde el Estado se ha considerado inviable esta cesión, lo que anticipa un clima de tensión en los próximos meses.
Este escenario actual pone a prueba la capacidad del Gobierno de España para mantener un equilibrio en una legislatura marcada por la complejidad. Los próximos días serán cruciales para determinar si Sánchez puede sortear los obstáculos planteados por Junts y otros partidos clave en el panorama político español.