El Real Zaragoza está listo para revitalizar su ataque clásico con dos delanteros en punta, en una estrategia que evoca los tiempos dorados de su historia. Gabi, el actual entrenador, ha comenzado a experimentar con Dani Gómez y Kenan Kodro como sus referencias ofensivas, buscando recuperar la esencia goleadora que alguna vez ofrecieron figuras legendarias como Diego Milito y Ewerthon.
La Romareda ha sido testigo de noches mágicas en el pasado, y ahora, tras un prolongado paréntesis, el equipo se propone sacar a relucir un estilo que busca volver a conectar con la afición. La decisión de colocar a dos delanteros no es meramente táctica, sino un homenaje a la tradición y un intento por infundir esperanza en un entorno que ha vivido momentos difíciles. Dani Gómez y Kenan Kodro, quienes ya coincidieron brevemente en un partido ante el Valladolid, tienen ahora la oportunidad de brillar juntos ante su público.
Dani Gómez se ha consolidado como el pilar de este renacer up ofensivo. Su rendimiento ha sido sobresaliente, destacando por su capacidad de marcar goles incluso cuando parte desde el banquillo. Su eficacia y resiliencia lo han convertido en el faro de un ataque que, por primera vez en mucho tiempo, no depende de un solo jugador.
El entorno ofrece también otras opciones interesantes: Kodro, cedido del Ferencvaros, aporta un estilo de ariete clásico; Soberón y Bazdar aportan juventud y energía; y la versatilidad de Pau Sans y Cuenca añade más matices a la delantera. Aunque Bakis permanece en la plantilla, su situación refleja un antiguo anhelo por delanteros que hoy parece haberse transformado en una abundancia de posibilidades.
Si Gabi confirma su plan ofensivo, el Zaragoza se formará en un 4-4-2 vintage, con Kodro como referencia y Gómez actuando como segundo punta. Este esquema es una clara señal de intenciones: recuperar la audacia, la pegada y el entusiasmo que habían desaparecido en un juego más conservador.
El próximo desafío se presenta ante el Albacete, el equipo más goleado de la categoría, lo que podría parecer favorable para los zaragocistas. Sin embargo, el fútbol a menudo juega con la ironía de ver a los equipos heridos resurgir con ferocidad. La afición del Zaragoza estará a la espera de una muestra renovada de pasión, donde los ecos de los grandes del pasado, Milito y Ewerthon, puedan resonar nuevamente en las carreras de Kodro y Gómez.