La Casa Real española ha decidido reforzar la seguridad de las princesas Leonor y Sofía tras un intento de secuestro que ha desatado una ola de preocupación en la familia real. La medida, que implica un aumento significativo en el número de escoltas que las acompañan en su día a día, responde a la alarma generada por el reciente incidente en los Países Bajos, donde la princesa Amalia, ahijada del rey Felipe, se convirtió en un blanco de traficantes de cocaína.
Este intento de secuestro en Ámsterdam, donde dos individuos fueron interceptados cerca del apartamento de la joven princesa, ha llevado a la Casa Real a tomar decisiones drásticas en pro de la seguridad de sus herederas. Tanto el rey Felipe como la reina Letizia están profundamente preocupados, especialmente teniendo en cuenta las implicaciones de este tipo de amenazas.
Leonor y Sofía, siendo parte integral del futuro de la monarquía, están ahora bajo una vigilancia más estricta, lo cual incluye tanto sus compromisos oficiales como su vida privada. La atención hacia ellas ha aumentado considerablemente en los últimos días, ya que la situación vivida por su colega holandesa ha revivido temores sobre la seguridad personal de las jóvenes princesas.
La Casa Real no ha escatimado en recursos para salvaguardar la integridad de Leonor y Sofía, especialmente ante el creciente riesgo que suponen organizaciones criminales como la Mocro Maffia. La reciente detención de uno de sus líderes en España ha reforzado esta percepción de amenaza, considerando los vínculos transnacionales del crimen organizado.
Además del incremento de escoltas, se ha intensificado la vigilancia en todos los lugares que frecuentan las princesas, incluidas sus residencias y centros educativos. Felipe y Letizia han solicitado la colaboración activa de las fuerzas de seguridad del Estado, enfatizando la importancia de una respuesta inmediata frente a cualquier posible amenaza, con la firme intención de prevenir cualquier incidente que pueda comprometer la seguridad de sus hijas.