Las ruinas de antiguas instalaciones mineras se han convertido en un símbolo del paisaje que rodea a Puertollano, entrelazando la vida de mineros, ganado y comunidades en un entorno que recuerda un pasado siempre presente. Esta rica herencia industrial es la protagonista de la nueva exposición del artista Samuel M. Saucedo, titulada “Lo que es, lo que era y ¿Qué será?”, que se muestra en el Museo Cristina García Rodero hasta el 31 de octubre. En la inauguración de la muestra, el concejal de cultura, Juan Sebastián López Berdonces, y el director del museo, Raúl Menasalvas, resaltaron la importancia de estas obras para la comunidad.
Samuel M. Saucedo presenta una serie de composiciones que fusionan la realidad con la imaginación a través del collage digital. En sus obras, personajes cobran vida en espacios que fueron alguna vez dinámicos, pero ahora se encuentran ocupados por las sombras de minas, fábricas y chimeneas. Estos lugares, una vez repletos de actividad, se han convertido en focos de inspiración, dando lugar a atmósferas de ensueño que invitan a la reflexión.
La exposición no solo se compone de estas innovadoras creaciones, sino que también incluye una serie de dibujos que el artista realizó en las etapas iniciales de su trabajo. Estos dibujos, que mezclan construcciones ficticias y reales, encuentran su inspiración en la obra del renombrado Víctor Hugo, cuyas aguadas transportan a mundos misteriosos llenos de historia.
En sus trabajos, Saucedo explora la belleza intrínseca de estas ruinas, que aunque han sido maltratadas por el tiempo y la desatención, son vestigios de una vida pasada. Según el artista, la ruina actúa como un puente hacia el pasado, un recuerdo tangible de quienes habitaron esos espacios y que hoy son solo ecos lejanos. Este diálogo entre el presente y el pasado atraviesa la obra, estimulando emociones que podrían describirse como “sublimes.”
Las antiguas minas, testigos mudos de innumerables jornadas de trabajo, se alzan ahora como monumentos de lo que fue. A pesar de su decadencia, estas ruinas nos sobrepasan y nos invitan a reflexionar sobre el curso del tiempo y la historia que aun resuena en sus piedras.
Este viaje visual revela no solo la decadencia, sino también la riqueza cultural que estas edificaciones aún aportan. Cada obra es un llamado a recordar y honrar a aquellos que vivieron en armonía con este paisaje, ahora en silencio, pero habitado por sus memorias. Con esta exposición, Samuel M. Saucedo nos ofrece una perspectiva renovada de un legado que sigue vivo en la conciencia colectiva de Puertollano.
vía: Diario de Castilla-La Mancha