Volkswagen, conocida mundialmente como el «coche del pueblo», ha recorrido un largo camino desde su fundación en 1937 en Wolfsburg, Alemania. Originalmente concebida por la organización sindical nazi «Deutsche Arbeitsfront», su objetivo era crear un automóvil asequible para la población alemana. El ingeniero Ferdinand Porsche fue el encargado de diseñar el primer modelo, el Volkswagen Tipo 1, más conocido como el Beetle, que ganaría popularidad a lo largo de los años.
El éxito del Beetle se afianzó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando las fábricas reanudaron la producción bajo control británico. A medida que el Beetle se convirtió en un símbolo de la recuperación de la posguerra, la marca también comenzó a exportar el vehículo a otros mercados, incluyendo Estados Unidos y América Latina, donde su diseño y precio accesible resonaron con muchos consumidores. A mediados de la década de 1950, Volkswagen celebró la producción de su millón de unidades del Beetle, consolidándolo como uno de los coches más vendidos de su tiempo.
A finales de los años sesenta y en la década de 1970, Volkswagen introdujo modelos adicionales como la Kombi y, más crucialmente, el Golf, que marcó un giro hacia vehículos más modernos y eficaces en el consumo de combustible. Las adquisiciones estratégicas de marcas como SEAT y Škoda permitieron a Volkswagen diversificar su oferta y acceder a nuevos mercados europeos.
El Grupo Volkswagen continuó expandiéndose en la década de 1990, adquiriendo marcas de lujo como Lamborghini, Bentley y Bugatti. Esto permitió a la empresa fortalecer su presencia en el segmento de alta gama, lanzando modelos icónicos como el New Beetle y manteniendo el Golf como un pilar en su catálogo.
Sin embargo, el escándalo del «Dieselgate» en 2015 representó una de las mayores crisis en la historia de la compañía, resultando en severas repercusiones legales y financieras. A raíz de este escándalo, Volkswagen se embarcó en una transformación hacia la movilidad eléctrica, anunciando su estrategia «Transform 2025+» y lanzando vehículos eléctricos como el ID.3 y ID.4, en un esfuerzo por posicionarse como líder en sostenibilidad.
Hoy, Volkswagen continúa evolucionando, con una amplia gama de marcas bajo su ala que van desde coches accesibles hasta vehículos de lujo, y se prepara para electrificar la mayoría de sus modelos en la próxima década, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. El legado de Volkswagen es un relato de adaptación, innovación y resiliencia en la indudablemente competitiva industria automotriz, y su futuro parece seguir alineado con su misión original de ofrecer vehículos accesibles y confiables para el pueblo global.
