Una reciente revelación en el ámbito del cuidado del césped ha sorprendido a entusiastas y expertos en jardinería. La prestigiosa Asociación Nacional de Paisajismo (ANP) ha indicado que la mejor hora para regar el césped es a primera hora de la mañana, entre las 6 y las 10, basándose en estudios científicos recientes que apoyan esta recomendación.
María García, una jardinera aficionada de 45 años, se mostró sorprendida: «He vivido engañada. Siempre pensé que regar al atardecer, después del calor del día, era lo correcto». Muchos comparten esta creencia errónea, que sostiene que regar por la tarde o de noche es una mejor práctica. Sin embargo, los expertos advierten que regar en esas horas puede aumentar el riesgo de hongos y enfermedades, ya que el césped permanece húmedo en la oscuridad, lo que crea un ambiente propicio para su proliferación.
El ingeniero agrónomo Javier López, miembro de la ANP, explicó las ventajas de regar temprano por la mañana: «Las temperaturas son más frescas y hay menos viento, lo que reduce la evaporación del agua, permitiendo que esta penetre mejor en el suelo. Además, el césped tiene todo el día para secarse, lo que disminuye el riesgo de enfermedades».
López también resaltó la importancia de una técnica adecuada de riego. «Es esencial que el agua llegue a las raíces del césped; por lo tanto, se debe realizar un riego profundo y no superficial. Un buen sistema de aspersores programables puede ser una gran inversión para asegurar un riego eficiente», concluyó.
En este contexto, la empresa de servicios de jardinería GreenLand ha reportado un aumento en las consultas de clientes interesados en ajustar sus sistemas de riego automáticos. Laura Fernández, gerente de la compañía, comentó: «Estamos viendo un cambio de tendencia significativo, lo cual es muy positivo. Un riego adecuado no solo produce un césped más saludable, sino que también contribuye al ahorro de agua».
Con esta nueva información, aficionados y profesionales del paisajismo están ajustando sus rutinas para optimizar el cuidado de sus jardines. En un mundo que cada vez valora más la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de recursos, estas prácticas emergentes no solo prometen céspedes más verdes y saludables, sino también un uso más racional del agua.