Después de un breve parón por compromisos internacionales, Osasuna retoma la actividad con entusiasmo y se enfoca en su próximo encuentro contra el Rayo Vallecano. Este descanso no solo permitió a los jugadores recargar energías, sino que también brindó al entrenador Lisci la oportunidad de revisar y ajustar aspectos tácticos. Hoy, los jugadores han vuelto a los entrenamientos en Tajonar, listos para preparar el partido programado para este domingo a las seis y media en El Sadar.
El regreso a la competición no solo plantea un reto físico, sino también psicológico. Retomar el ritmo después de varios días sin jugar puede ser complicado. Cada sesión se convierte en un ensayo crucial hacia el domingo. La precisión en los pases y la coordinación defensiva serán vitales para el desempeño del equipo. Lisci busca un delicado balance entre la intensidad del entrenamiento y la recuperación, lo cual podría ser decisivo para el rendimiento de los rojillos.
El partido ante el Rayo Vallecano es de suma importancia para Osasuna, que busca reafirmar su buen comienzo tras la victoria contra el Valencia. A pesar de su sólido inicio, la asignatura pendiente continúa siendo sumar puntos fuera de casa, lo que convierte este encuentro en una oportunidad clave para fortalecer la confianza del equipo. La posible vuelta de Abel Bretones tras su sanción plantea un dilema táctico para Lisci, quien deberá decidir si reintegrar al lateral asturiano o seguir con Jon Moncayola, quien ha demostrado un buen rendimiento en su ausencia. Cada decisión podría impactar en la defensa y la ofensiva del equipo.
Además, la situación de Moi Gómez, quien sufre una lesión muscular, añade un nivel de incertidumbre a la alineación. La afición espera con ansias el enfrentamiento en El Sadar, consciente de que cada partido representa una mezcla de pasión y tradición. Con una victoria ante el Rayo, Osasuna no solo podría escalar posiciones en la tabla, sino también cimentar la confianza en un proyecto en progreso bajo la mirada de Lisci.