Han pasado dos años desde que Julia Faustyna sacudió al mundo al afirmar que era Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en 2007. Aunque las pruebas de ADN descartaron el vínculo, la joven insiste en su versión y ahora presenta nuevas pruebas genéticas.
La desaparición de Madeleine McCann en 2007 conmocionó al mundo, pero la historia cobró un nuevo giro cuando Julia Faustyna aseguró que era la niña desaparecida. Creó un perfil en redes sociales y publicó imágenes comparativas entre su infancia y la de Madeleine, resaltando similitudes evidentes. Su llamado a Kate y Gerry McCann, los padres de la menor, generó revuelo. Pidió ayuda para probar su identidad y mostró detalles físicos idénticos, como una marca en la pupila del ojo derecho.
Ante la repercusión del caso, los McCann accedieron a realizar una prueba de ADN. Los resultados parecieron cerrar el asunto de forma definitiva: Julia tenía un 100% de ascendencia polaca y ningún vínculo genético con Reino Unido. Sin embargo, la joven no aceptó el veredicto. Cuestionó el análisis y sugirió que la prueba podía estar manipulada. La historia, lejos de terminar, dio un nuevo giro con sus recientes declaraciones.
Tiempo después de los primeros análisis, Julia volvió a compartir en Instagram nuevos documentos que, según su versión, confirmarían su parentesco con la familia McCann. Publicó un correo del Dr. Monte Miller, especialista en análisis genético, donde afirma que hay coincidencias inesperadas entre su ADN y el de Madeleine. Según el experto, un patrón específico indicaría una posible relación familiar cercana.
Las redes sociales estallaron con reacciones divididas. Mientras algunos creen que sus afirmaciones son falsas y solo buscan atención mediática, otros consideran que las nuevas pruebas merecen un análisis más profundo. La polémica volvió a instalarse, y muchos se preguntan si la familia McCann responderá ante la última revelación de la joven polaca.
Por ahora, ni los McCann ni las autoridades han dado declaraciones oficiales sobre el supuesto informe genético. La desaparición de Madeleine sigue siendo un misterio sin resolver, y este giro inesperado añade más incertidumbre al caso. La comunidad internacional observa con atención cada movimiento de Julia y se cuestiona si realmente existe un vínculo o si es solo otra teoría sin fundamentos sólidos.
La joven insiste en que su identidad ha sido ocultada y que los resultados anteriores no fueron concluyentes. Aunque su versión sigue sin respaldo oficial, la duda persiste. La pregunta que muchos se hacen es si esta historia tomará un nuevo rumbo o si terminará como un episodio más en el enigma sin fin de Madeleine McCann.