El Govern de Cataluña ha llegado a un acuerdo con los comunes que ha dado lugar a un nuevo modelo de recaudación turística en la comunidad autónoma. Este acuerdo implica la duplicación de la tasa turística en toda Cataluña, con el objetivo de que el 25% de los ingresos obtenidos se destinen a políticas de acceso a la vivienda. Hasta el momento, la mayor parte de estos fondos se utilizaba exclusivamente para la promoción turística, pero la modificación busca ampliar el impacto social del tributo.
Además de la tasa turística, el acuerdo incluye un aumento del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) para aquellos grandes tenedores que adquieran viviendas y para la compra de edificios completos. A partir de ahora, estos actores deberán abonar un 20% en lugar del 10%, lo que se espera que genere en torno a 200 millones de euros adicionales al año para las arcas públicas.
El impacto de estos cambios será especialmente notable en Barcelona, donde se prevé un incremento en los precios por noche en hoteles y viviendas turísticas. En la capital catalana, se aplicarán recargos municipales adicionales, mientras que en el resto de la comunidad los aumentos serán similares, permitiendo a todos los ayuntamientos establecer un recargo de hasta 4 euros, creando así un marco más uniforme en comparación con Barcelona.
El Govern estima que la recaudación por la tasa turística podría aumentar de 90 millones de euros en 2024 a 98 millones anuales, siempre que el flujo de turistas permanezca estable. Sin embargo, la medida ha suscitado críticas en el sector hotelero y turístico. La Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (Confecat) ha manifestado su descontento, denunciando lo que consideran una “asfixia fiscal continua” sobre el alojamiento turístico. Este organismo alerta de que el aumento de la tasa puede afectar la competitividad de Cataluña como destino turístico y cuestiona el uso de los fondos recaudados, demandando que se destinen de manera exclusiva a infraestructuras turísticas.
