En el corazón de Ciudad Real, el legado de dos exjugadores de balonmano resuena con fuerza. Emiliano ‘Nano’ y César González Madrid, quienes formaron parte del auge de este deporte en la región, han dedicado sus vidas a fomentar no solo habilidades deportivas, sino también valores y conexiones humanas. Su viaje comenzó en el colegio Marianistas, bajo la influencia de su profesor de Educación Física, Carlos Sierra, y desde allí, ascendieron desde las categorías inferiores hasta la Segunda y Primera División, defendiendo la camiseta del Caserío entre otros equipos.
El balonmano ha sido para ellos más que un mero pasatiempo; ha servido como un puente para establecer amistades que perduran en el tiempo. Actualmente, como entrenadores en el club Caserío, buscan inspirar a las nuevas generaciones, inculcando en sus alumnos no solo técnicas del deporte, sino también lecciones de vida que aprendieron en su dilatada trayectoria.
La repercusión de su trabajo se evidencia en la admiración y respeto que les profesan sus exalumnos, quienes ven en ellos referentes y modelos a seguir. Aunque la riqueza económica no ha sido parte de su experiencia en un deporte considerado minoritario, los lazos creados y el reconocimiento del impacto que han tenido en la vida de sus jugadores son, para ellos, su mayor recompensa.
Hoy, como parte de un proyecto revitalizador en el Caserío, Emiliano y César alientan a la comunidad a unirse a esta pasión compartida, despertando un renovado interés por el balonmano en Ciudad Real. Con su dedicación y entusiasmo, buscan dejar una huella imborrable en el presente y futuro del deporte en la ciudad.

