En la infancia, el deporte se convierte en un espacio donde la diversión y la creación de amistades juegan un papel fundamental. Los momentos vividos en esta etapa no solo se traducen en logros deportivos, sino que forjan recuerdos y valores que acompañarán a los niños a lo largo de sus vidas. La experiencia deportiva, en lugar de centrarse exclusivamente en la competencia, enseña a los pequeños sobre la importancia de la colaboración y el respeto, tanto dentro como fuera del campo.
Un ejemplo destacado de esta filosofía se encuentra en el equipo Prebenjamín del CD Manchego de Ciudad Real, dirigido por Alberto Giménez. Este equipo ha logrado una hazaña impresionante, al ganar todos los torneos en los que ha participado. Sin embargo, para Giménez, el verdadero triunfo va más allá de los números en el marcador. Pone énfasis en que las lecciones aprendidas durante el proceso y el desarrollo emocional de los jugadores son los pilares fundamentales de la experiencia. Según el entrenador, estos torneos son una oportunidad invaluable para que los niños aprendan a gestionar sus emociones y valores, aspectos esenciales tanto en su formación deportiva como en su vida personal.
La temporada ha sido un verdadero éxito, con un total de siete victorias en distintos torneos. El equipo ha demostrado un gran potencial, jugando con pasión y dedicación en cada encuentro. Sin embargo, lo más significativo es que estos pequeños llevarán consigo recuerdos de un periodo importante en sus vidas, donde la victoria no se limita a un número, sino que forma parte de un viaje enriquecido por aprendizajes y amistades.
