El salón de actos del Centro de Mayores Antonio Machado fue escenario, la tarde de este miércoles, de la presentación de «Un largo pórtico», la última obra del escritor y periodista Manuel Valero, editada por Ediciones Puertollano. El evento se convirtió en un emotivo acto de memoria compartida con la participación de destacadas figuras, como el exconcejal Florentino López, el editor Javier Flores, y la concejal Esther Mora, quien compartió varios fragmentos de la novela. En representación del Ayuntamiento de Puertollano, también asistieron el Alcalde Miguel Ángel Ruiz, el teniente de alcalde Andrés Gómez, y la concejal de consumo y mercado, Inmaculada Amaro.
El Alcalde subrayó su deseo de acompañar personalmente al autor en la presentación de su novela, poniendo de manifiesto su conexión íntima con la temática de la obra. «Un largo pórtico», que se ambienta en gran medida en el entorno del colegio salesiano de Puertollano, fue descrita por Ruiz como “una puerta abierta a la reflexión y a los recuerdos de la adolescencia”, fruto de la habilidad de Valero para “entrelazar la historia y la emoción, lo cotidiano y lo universal”.
En sus palabras, el Alcalde reconoció la «sensibilidad y talento narrativo» de Manuel Valero, quien ha logrado capturar tanto los escenarios físicos como el espíritu, los valores y los conflictos de una época que marcó a toda una generación. Ruiz agregó que la historia de los cinco protagonistas, antiguos alumnos del colegio, refleja lo que muchos han vivido y lo que han llegado a ser.
La presencia de Florentino López como presentador del acto fue especialmente significativa, al ser también un antiguo alumno salesiano. Ruiz enfatizó el componente simbólico y entrañable de su participación: “Más allá de las ideas o de los cargos, nos une un pasado impregnado por el carisma salesiano y el reconocimiento a la palabra escrita como herramienta de memoria y de encuentro”.
El acto culminó con un coloquio que evocó recuerdos adolescentes de hace medio siglo, rememorando momentos vividos en el patio superior, el largo pórtico, y otros espacios emblemáticos del colegio. Estos escenarios fueron testigos de una de las etapas más felices de la vida de muchas personas, marcadas por las circunstancias sociales y políticas de la época.
vía: Diario de Castilla-La Mancha