María Pozo, conocida en redes sociales como Barbijaputa, se enfrenta a un juicio en la Audiencia Provincial de Madrid por un presunto delito de odio contra la comunidad judía. Este proceso judicial se centra en una serie de tuits que la activista publicó en 2011 y que fueron recuperados en 2015. Pozo ha defendido su inocencia, alegando que las pruebas en su contra han sido manipuladas y basadas en cuentas falsas. En su declaración, la activista explicó que sus publicaciones fueron sacadas de contexto y relacionadas con la situación en Gaza e Israel. Además, su defensa argumenta que los tuits deberían haber prescrito, aunque la acusación sostiene que se trata de un delito continuado.
Durante su testimonio, Pozo argumentó que sus mensajes reflejan una postura antifascista y una crítica constante al nazismo. Aportó pruebas en forma de libros, tuits y audios que respaldan su ideología. La activista también enfatizó cómo este proceso judicial ha afectado su vida personal y su anonimato en las redes, además de haber sido objeto de una intensa cobertura por parte de medios de comunicación de extrema derecha. Para protegerse, llegó al juzgado acompañada de un grupo de mujeres vestidas de manera similar, evitando así su identificación.
El juicio ha contado además con testimonios de figuras destacadas. Ignacio Escolar, director de eldiario.es, fue llamado a declarar en un contexto donde se le ha señalado como posible administrador de la cuenta de Barbijaputa. Pozo ha señalado que la intención detrás de este juicio no solo es atacarla a ella, sino también a Escolar. Por parte de la acusación, han testificado el eurodiputado de Vox Juan Carlos Girauta y David Hatchwell, expresidente de la comunidad judía en Madrid, quienes han condenado la gravedad de los mensajes en cuestión. En contraste, la defensa ha contado con el apoyo de otros testigos como Magdalena Bandera, directora de La Marea, y el periodista Stéphane M. Grueso, quienes han coincidido en que las pruebas utilizadas por la acusación han sido manipuladas.
