El huracán Milton, que tocó tierra en Florida como un poderoso ciclón de categoría 3, ha desatado una serie de devastadoras consecuencias en el estado. Con vientos iniciales de hasta 205 km/h, Milton impactó en la costa oeste, cerca de Siesta Key, y ha generado lluvias torrenciales que han llevado a la evacuación de más de un millón de personas. A pesar de que sus vientos han disminuido a 165 km/h, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) advierte que sigue siendo una amenaza significativa para la península de Florida.
Más de 2,6 millones de hogares se han quedado sin electricidad, y ciudades como St. Petersburg y Tampa han sufrido daños extensos. Las precipitaciones han superado récords históricos, lo que ha originado inundaciones devastadoras, especialmente en áreas costeras. Trágicamente, al menos dos personas han perdido la vida en el condado de St. Lucie debido a un tornado que se formó como consecuencia del huracán.
Las imágenes que emergen del desastre muestran una escena alarmante: árboles y postes de electricidad derribados, barcos a la deriva y edificios inundados. En Tampa, la elevación del mar superó los 3 metros, inundando zonas costeras y dañando infraestructuras críticas, incluido el estadio de béisbol de los Tampa Bay Rays, aunque no se reportaron lesiones entre las personas que se refugiaron en su interior.
Más de 1,400 equipos de rescate, apoyados por la Guardia Costera y equipos de estado como California y Washington, están listos para comenzar las labores de ayuda tan pronto sea seguro. Las autoridades han instado a la población a permanecer en sus refugios ante el riesgo de tornados y posibles inundaciones repentinas. El alguacil del condado de Hillsborough, Chad Chronister, ha enfatizado la necesidad de no bajar la guardia, dado que el peligro persiste mientras Milton avanza por el estado.
A medida que el huracán continúa su trayecto hacia el noreste, se prevé que afecte la región metropolitana de Orlando, donde residen casi dos millones de personas. Las evaluaciones de daños están en curso, y se anticipa que la reconstrucción del estado será una tarea ardua y prolongada. El huracán se dirige con destino a Bermuda, donde se espera se degrade a tormenta tropical.
El presidente Joe Biden ha instado a la población a evacuar las áreas más afectadas, subrayando la gravedad de la situación al afirmar que “es cuestión de vida o muerte”. Sin embargo, a pesar de las advertencias, muchos residentes han optado por permanecer en sus hogares, confiando en la fortaleza de sus estructuras. Las autoridades continúan enfatizando la vital importancia de seguir las instrucciones de evacuación y refugiarse en lugares seguros para evitar tragedias mayores.