La portería del Sevilla FC se encuentra en una encrucijada, generando numerosas incertidumbres en el entorno del club. Durante el pasado mercado de fichajes, una de las prioridades del director deportivo Antonio Cordón fue fortalecer la seguridad en esta posición vital. A pesar de la incorporación del portero Vlachodimos, quien llegó sin coste alguno, el equipo andaluz sigue sin lograr la confianza deseada en sus arqueros. Nyland, otro de los guardametas en el plantel, tampoco ha conseguido convencer al cuerpo técnico, lo que ha llevado a Matías Almeyda a mantenerlo como su opción principal. Sin embargo, el ambiente en el Ramón Sánchez-Pizjuán es de preocupación en lo que respecta a la portería.
En medio de estas dudas, la figura de Bono, el exguardameta del Sevilla, aparece como una opción cada vez más atractiva. Durante sus cuatro años en el club, Bono dejó una huella imborrable, conquistando dos títulos de Europa League y siendo reconocido como el mejor portero del año en 2022. Actualmente, el jugador milita en Al-Hilal y, a sus 34 años, continúa mostrando su calidad. Su contrato, que finaliza al término de la temporada, lo convierte en una opción tentadora para la dirección deportiva del Sevilla.
De cara a enero, Bono podrá firmar un precontrato con cualquier equipo, lo que podría facilitar su regreso al Sevilla FC. Este escenario representa una oportunidad que Cordón no debería dejar pasar, especialmente en un contexto donde el club ha tenido que lidiar con complicaciones económicas. Sin embargo, el regreso de Bono no estaría exento de competencia, ya que varios clubes han mostrado interés en él. Esta situación añade urgencia al Sevilla para actuar rápidamente si desea asegurar el regreso del portero que podría ofrecer la estabilidad que tanto necesitan.