La cueva (o cuevas) de Sterkfontein se encuentran a unos 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, en Sudáfrica. Junto a otros lugares famosos, como Swartkrans, Taung, Kromdraai, y la cueva de Dinaledi, forman un conjunto extraordinario, que en 1999 fue declarado patrimonio de la humanidad. Estos yacimientos se encuentran en una superficie de unas 47.000 hectáreas y han sido denominadas como The Cradle of Humankind (la Cuna de la Humanidad). Sin duda, se trata de uno de los lugares más importantes del mundo para estudiar evolución humana.
De entrada, hay que saber qué significa esta denominación y que lugares comprende, para no mezclar todo como he leído en algún medio. Cada yacimiento tiene su historia y sus dataciones. También es importante saber que las excavaciones de algunos de estos lugares se realizaron hace muchas décadas y se pudieron cometer errores al determinar la procedencia de los fósiles en yacimientos que tienen varios niveles.
Nunca ha sido sencillo datar yacimientos en cueva. En particular, Sterkfontein es de aproximadamente entre 2,6 y 2,8 millones de años, un poco antes del final de la genealogía del género Australopithecus. Las nuevas dataciones mediante el método de núclidos cosmogénicos arrojan fechas de entre 3,4 y 3,7 millones de años.
Estas nuevas dataciones en Sterkfontein parecen muy coherentes con lo que sabemos de las diferentes especies del género Australopithecus. Son contemporáneas con las de Australopithecus afarensis del este de África
Estas nuevas dataciones en Sterkfontein parecen muy coherentes con lo que sabemos de las diferentes especies del género Australopithecus. Son contemporáneas con las de Australopithecus afarensis del este de África.
El ejemplar denominado popularmente como «Lucy» se dató en 3,2 millones de años (yacimiento de Hadar, Etiopía), pero otros restos fósiles de la especie (Laetoli, Tanzania) tienen 3,7 millones de años. Aquí nadie ‘destrona’ a nadie. Además, si de lo que se trata es de buscar la mayor antigüedad de la genealogía humana, tenemos a los ardipitecos (Ardipithecus ramidus), datados en 4,4 millones de años. Otros restos son aún más antiguos, pero se trata de algunos fragmentos, difíciles de asignar a nuestro linaje humano.
El dato de PNAS es muy importante para ordenar los fósiles y dejar atrás dudas; pero en modo alguno revolucionan nada.
José Mª Bermúdez de Castro es coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH
Fuente: SINC
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