El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mostrado un optimismo cauteloso respecto a la posibilidad de que los presidentes de las comunidades autónomas del Partido Popular (PP) suscriban con el Gobierno la parte que les corresponde de la quita de deuda. Durante su intervención en el Congreso Europeo de Radiología, que se está celebrando en Viena, el mandatario enfatizó la importancia de alcanzar un acuerdo, subrayando que sería «muy grave» si no se lograra.
García-Page destacó que tanto los presidentes autonómicos del PP como del PSOE deben actuar en beneficio de sus respectivas comunidades, y no estar subordinados a las decisiones de sus partidos a nivel nacional. “Ni yo soy una sucursal de Ferraz ni nadie debe serlo de Génova”, aseveró, insistiendo en la necesidad de anteponer los intereses regionales.
El presidente de Castilla-La Mancha también expresó su inquietud por la posibilidad de que la quita de deuda se hubiera visto como una condición exclusivamente aplicada a Cataluña, lo que habría generado tensiones y conflictos serios. Sin embargo, resaltó que el enfoque del Gobierno, que considera a todas las comunidades autónomas por igual, se alinea con el espíritu constitucional del país.
En relación con este asunto, García-Page aclaró que la quita de deuda no debe ser entendida como un regalo para las autonomías, ya que la deuda seguirá existiendo y deberá ser pagada. Lamentó el impacto negativo que ha tenido el largo retraso de once años en la implementación de un nuevo sistema de financiación autonómica, un retraso que ha resultado en un menor acceso a recursos para servicios esenciales como la sanidad, la educación y las prestaciones sociales. El presidente regional argumentó que durante este tiempo, el Estado ha recaudado el doble de lo que ha transferido a las comunidades, lo que ha contribuido a la acumulación de la deuda.
García-Page considera que buscar una reducción de la deuda es una opción «razonable» para compensar el retraso en la financiación y asegurar la viabilidad de las estructuras institucionales y los servicios públicos en España. En su opinión, la situación actual es insostenible y el Estado debe asumir la responsabilidad por la deuda generada a causa de la falta de una financiación adecuada.
A pesar de reconocer que el PP cuenta con su propia estrategia a nivel nacional, García-Page enfatizó que no comprende cómo un presidente autonómico podría rechazar una oportunidad de aliviar la deuda, si ello beneficia a su comunidad.
vía: Diario de Castilla-La Mancha