El presidente de Castilla-La Mancha y secretario general del PSOE en la comunidad autónoma, Emiliano García-Page, ha abordado con humor los rumores que lo ubican como un posible líder “papable” del partido. Durante un foro del Club Siglo XXI en Madrid, García-Page declaró que no se ve en esa posición y se describió como “un costalero más”. Sus palabras reflejan una actitud autocrítica, enfatizando que su papel dentro de la formación política es de apoyo y servicio.
El dirigente autonómico resaltó la necesidad de que el PSOE reconecte con el electorado español, enfatizando la “ansia” de la ciudadanía por un partido que sea “conocido y socialdemócrata”. Esta percepción, según García-Page, proviene de los jóvenes de todo el país, quienes demandan una identidad clara y reconocible del partido.
En defensa de la fortaleza y estabilidad del PSOE, García-Page afirmó que el partido ha demostrado ser un “bien de Estado”, habiendo resistido múltiples cambios y crisis políticas sin necesidad de una “refundación” o cambio de nombre. Subrayó que cada etapa en la historia del PSOE debe ser asumida sin caer en conflictos o “revancha” entre los diferentes períodos, lo que habla de una unidad necesaria para avanzar.
El presidente también hizo hincapié en lo que considera una injusticia hacia los dirigentes socialistas, señalando que en el panorama político actual, existen “dos varas de medir”. Según su análisis, se imponen altas exigencias a los grandes partidos como el PSOE, un estándar que no se aplica de la misma manera a formaciones más pequeñas, como Podemos o Vox, a quienes acusó de ser votados para “dar patadas”. Esta diferencia en la evaluación, a juicio de García-Page, resalta la importancia de contar con una base sólida y una estructura organizativa robusta, condiciones que, según él, son esenciales para la supervivencia de los partidos ante las crisis políticas y sociales, especialmente en una era dominada por el populismo.
vía: Diario de Castilla-La Mancha