Toledo ha sido escenario de un preocupante aumento en la violencia contra los profesionales de la salud, lo que ha llevado a la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha a adoptar medidas contundentes. Iñigo Cortázar, director general de Recursos Humanos y Transformación, anunció recientemente la tramitación de cerca de cincuenta expedientes sancionadores dirigidos a pacientes que han agredido tanto física como verbalmente a miembros del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
En este contexto, Castilla-La Mancha se destaca por ser una de las pocas comunidades autónomas en España que ha establecido un procedimiento específico para sancionar agresiones en el ámbito sanitario. Este marco legal permite una respuesta rápida y efectiva a los incidentes de violencia en los centros de salud. Las sanciones que se pueden imponer no son solo de carácter administrativo; también incluyen multas económicas, siendo la más baja de 15.000 euros para agresiones físicas consideradas muy graves.
Una de las novedades más significativas de esta legislación es la ampliación de la consideración de autoridad pública a todos los profesionales sanitarios. Esta medida implica que el testimonio de un sanitario tendrá un peso probatorio considerable, y si un profesional denuncia una agresión, se podría cuestionar la presunción de inocencia del supuesto agresor. Cortázar destacó que se podrán iniciar procedimientos administrativos contra aquellos agresores que hayan sido previamente condenados por un juez, fortaleciendo así la respuesta institucional ante estos actos de violencia.
Durante el Foro Profesional sobre Agresiones a Sanitarios, Cotázar reafirmó la firme intención de Castilla-La Mancha de proteger a sus trabajadores de la salud, afirmando que “ninguna agresión, ni física ni verbal, va a quedar sin respuesta”. Aunque ha habido un incremento en las notificaciones de agresiones, la región ha logrado mantener una tasa de incidentes inferior a la media nacional, con cifras que indican que en 2024 las agresiones fueron un 34,45 por ciento menos que el promedio en el Sistema Nacional de Salud.
El director general también expuso las acciones en marcha para anticipar agresiones y mejorar la protección de los profesionales. Entre estas medidas se encuentran el fortalecimiento de sistemas de alerta, la formación en técnicas de desescalada y comunicación, así como la creación de la figura del director de seguridad dentro del SESCAM. Igualmente, se subrayó la necesidad de fomentar la coordinación entre instituciones a través del Observatorio contra las Agresiones a Profesionales de Castilla-La Mancha, y la importancia de generar una conciencia social que condene la violencia en cualquier forma.
Cortázar concluyó enfatizando el compromiso del SESCAM de brindar un apoyo integral a los profesionales agredidos, que incluye asistencia jurídica y apoyo psicológico durante los procesos de recuperación. El objetivo es claro: reducir el número de agresiones y garantizar que las existentes no queden impunes, creando un entorno más seguro para los trabajadores de la salud y, en última instancia, mejorando la calidad asistencial para todos los pacientes en Castilla-La Mancha.
