La reciente victoria del Paris Saint-Germain en la final de la Champions League desató disturbios en París, con casi 300 detenciones en toda la ciudad. La celebración, que comenzó con alegría, se tornó violenta, evidenciando la tensión inherente a eventos deportivos de gran magnitud. Incendios de vehículos y agresiones fueron algunos de los incidentes que llevaron a la intervención urgente de las fuerzas policiales.
Entre los episodios más destacados, se registró un asalto a una zapatería, resultando en alrededor de 30 detenciones durante un operativo policial. La respuesta rápida de las autoridades fue fundamental para intentar restablecer el orden en medio de una celebración masiva que rápidamente se convirtió en vandalismo y violencia. Los servicios de emergencia también se vieron sobrepasados al lidiar con las consecuencias de los incendios provocados.
Las reacciones ante estos disturbios han sido diversas, con muchas voces críticas sobre la aparente falta de control en algunas áreas de la ciudad durante el evento. Expertos en seguridad abogan por una revisión de las estrategias de gestión de multitudes y la seguridad en eventos deportivos. Este incidente subraya la delgada línea entre la celebración y el descontrol, planteando una vez más los grandes desafíos que enfrentan las ciudades al albergar encuentros deportivos de esta magnitud.