La consejera portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, ha anunciado la aprobación del Consejo de Gobierno para la convocatoria de ayudas agroambientales al cultivo de girasol para el año 2025, con un total de 19,8 millones de euros. Este programa de ayudas, que no se convocaba desde hace una década, refleja el compromiso del Ejecutivo de García-Page con una agricultura sostenible.
Padilla ha explicado que las ayudas están cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y se enmarcan dentro del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PAC) 2023-2027. El principal objetivo es fomentar prácticas agrarias sostenibles en el cultivo del girasol, buscando mitigar los efectos del cambio climático, promover la gestión eficiente del agua y del suelo, y conservar la biodiversidad.
La consejera ha calificado esta intervención como «clave», dado que la superficie dedicada al girasol ha disminuido, mientras que la demanda de proteína vegetal en Europa sigue en aumento. Por ello, considera esencial potenciar este cultivo. En este sentido, ha destacado que el Gobierno destinará un total de 32,5 millones de euros este año para promover la agricultura sostenible en diferentes vertientes, incluyendo cultivos de plantas aromáticas, apicultura y razas autóctonas.
Durante su intervención, Padilla subrayó que la cuantía de estas ayudas se ha duplicado respecto a la anterior convocatoria, lo que demuestra la voluntad del Gobierno de García-Page de apoyar al sector agrícola. Las ayudas tendrán una duración de cuatro años, con casi cinco millones de euros asignados anualmente y una prima de 130 euros por hectárea. Están dirigidas a titulares de explotaciones con al menos una hectárea de girasol y también incluirán superficies con vegetación espontánea.
Aunque estas ayudas no son directas, la consejera indicó que el Gobierno regional trabaja para que el girasol medioambiental sea reconocido como un cultivo asociado dentro de los pagos directos de la futura PAC. La convocatoria actual busca maximizar el número de beneficiarios, especialmente para los cultivadores tradicionales de girasol, compensando así las pérdidas de producción asociadas a prácticas sostenibles, como la restricción del uso de herbicidas y productos químicos sintéticos.
Las provincias de Cuenca y Guadalajara serán las más beneficiadas, ya que Cuenca concentra más de 128.000 hectáreas de girasol medioambiental, representando más del 80% del total regional, mientras que Guadalajara suma cerca de 23.000 hectáreas. Se estima que alrededor de 1.600 titulares y más de 38.000 hectáreas de cultivo se beneficiarán de esta iniciativa, que representa un paso significativo hacia la sostenibilidad agrícola en Castilla-La Mancha.
vía: Diario de Castilla-La Mancha