La Semana Santa se presenta como una oportunidad perfecta para desconectar y sumergirse en la literatura clásica, y qué mejor que hacerlo con un trozo de la obra de Cervantes. Aquellos que deseen seguir el consejo de Don Quijote y Sancho Panza en su encuentro con los “gigantes” que eran solo molinos de viento tienen la oportunidad de hacerlo en la Ruta del Vino de La Mancha.
Esta Semana Santa, el recorrido por La Mancha permite a los visitantes visitar emblemáticos molinos de viento, grandes tinajas de barro y tradicionales cuevas-bodega. Lugares como Villarrobledo, Campo de Criptana y Villarrubia de los Ojos se llenan de actividad y devoción con procesiones que han sido declaradas de Interés Turístico Regional. Además, se realizarán jornadas cervantinas en las localidades de Argamasilla de Alba y El Toboso, cumpliendo con la tradición literaria que este territorio lleva a cuestas.
En Campo de Criptana, el Barrio del Albaicín ofrece una experiencia cautivadora entre sus casas-cueva y los molinos de viento, donde la Semana Santa se celebra con solemnes procesiones y una celebración dedicatoria a Cervantes, con actividades culturales y gastronómicas que deleitarán a los visitantes.
Villarrobledo, otra de las paradas obligatorias de la ruta, destaca por sus procesiones del Santo Entierro y la solemnidad que envuelve a la Semana Santa, al tiempo que la tradición vitivinícola se expresa a través de su célebre alfarería tinajera.
Villarrubia de los Ojos agrega su propio sabor a la celebración con las procesiones de ‘La oración en el Huerto’ y el ‘Santo Entierro’, en un ambiente festivo y devoto. En El Provencio, la Gastronomía es protagonista durante estas fechas, y la Procesión del Encuentro destaca por su emotividad.
A pocos kilómetros, las cuevas-bodega de Tomelloso y su famoso vino son un atractivo adicional para los viajeros, que pueden disfrutar de una tradición vitivinícola que ha perdurado a lo largo de la historia. El Toboso, hogar de Dulcinea, hace revivir el Siglo de Oro con jornadas cervantinas y un ambientado mercado donde la cultura quijotesca cobra vida, mientras que Argamasilla de Alba invita a recorrer los lugares que inspiraron a Cervantes.
Por último, Alcázar de San Juan ofrece una mezcla de solemnidad y tradición en su celebrada Semana Santa, con numerosas procesiones que destacan por su simbolismo y rica historia.
Este viaje por la Ruta del Vino de La Mancha no solo promete deleitar el paladar con sus vinos y platos tradicionales, sino que también transporta a los viajeros a una época mágica donde la literatura y las tradiciones se entrelazan de manera fascinante. En estas festividades, cada rincón cuenta una historia, y cada celebración es una invitación a recordar y apreciar la rica herencia cultural que define esta región.