Una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se cierne sobre España, trayendo consigo una serie de fenómenos meteorológicos adversos como fuertes lluvias, descensos drásticos de temperatura y nevadas en zonas montañosas, especialmente en la región del Mediterráneo. Los meteorólogos Roberto Brasero y Mario Picazo han lanzado alertas a la población, advirtiendo sobre avisos de nivel naranja y la posibilidad de que los termómetros caigan por debajo de cero, además del riesgo de intensas nevadas en determinadas áreas del país.
Ya se han comenzado a observar los efectos de esta situación climática en varias localidades. Se prevé que las precipitaciones más intensas se concentren en el sur de Valencia y el norte de Alicante, donde podrían registrarse hasta 20 litros por metro cuadrado en una hora y acumulaciones de 60 litros en un período de 12 horas. Las Islas Baleares, la Región de Murcia y el este de Almería también están bajo el radar, debido al riesgo de inundaciones que podría desencadenarse como resultado de este fenómeno meteorológico.
El significativo descenso de las temperaturas impactará también en la cordillera, generando nevadas en altitudes superiores a los 800 metros. Este cambio brusco en las condiciones climáticas plantea retos importantes para quienes transiten por estas áreas, lo que hace indispensable plegarse a medidas de seguridad y precaución específicas para afrontar esta adversidad.
Frente a este complejo escenario, las autoridades han instado a la ciudadanía a evitar desplazamientos que no sean esenciales, sobre todo en las zonas más susceptibles a las lluvias intensas y nevadas. Además, se hace hincapié en la importancia de mantenerse informado a través de fuentes oficiales. La observancia de las recomendaciones de Protección Civil y de los organismos meteorológicos es crucial para prevenir situaciones de peligro.
Por otro lado, los modelos meteorológicos sugieren que esta fase de inestabilidad podría prolongarse durante los días siguientes, aunque se pronostica una mejora gradual del tiempo a medida que la DANA se desplace. Así, la población afectada deberá estar alerta y preparada ante los posibles cambios en las condiciones climáticas.