En el barrio de San Telmo, una transformación sorprendente ha tenido lugar en una cocina que antes era un rincón apagado y triste. Mariana y Felipe, una pareja de diseñadores, decidieron invertir en su hogar para convertirlo en un verdadero templo culinario y el resultado ha capturado la atención de la comunidad local.
El cambio en la cocina es radical. Las paredes grises y los muebles desgastados han sido reemplazados por una paleta de colores vivos que inyectan energía y vida al espacio. Mariana explica que la elección de colores no fue al azar, querían crear un ambiente que los inspirara a cocinar y pasar tiempo juntos.
Felipe, especializado en carpintería, diseñó y construyó nuevos muebles a medida para maximizar el uso del espacio. La cocina ahora combina belleza y funcionalidad, con gabinetes adicionales y una isla central que sirve tanto para la preparación de alimentos como para disfrutar de comidas informales.
La transformación no ha pasado desapercibida y ha generado admiración entre vecinos y amigos. Mariana y Felipe incluso están considerando ofrecer servicios de diseño a otros miembros de la comunidad, con el objetivo de inspirar a otros a mejorar sus propios espacios.
Este caso de renovación no es único en San Telmo, donde los ciudadanos están optando por revalorizar sus hogares en lugar de mudarse. Iniciativas como la de esta pareja no solo contribuyen a mejorar la estética del barrio, sino que también fortalecen el sentido de comunidad y pertenencia.
La cocina, antes apagada y gris, ahora rebosa de color y alegría, ofreciendo a sus habitantes un motivo adicional para sonreír cada día.