Maribel González, residente del barrio de Retiro en Madrid, ha sorprendido a sus amigos y familiares al transformar una vajilla antigua en una obra de arte con un toque textil.
La inspiración llegó cuando Maribel encontró un trozo de tela sobrante de unas cortinas y decidió usarla para darle una nueva vida a la vajilla que tenía guardada en su armario. Con paciencia y dedicación, aplicó la tela a los platos y tazas con pegamento para decoupage, logrando un resultado sorprendente y colorido.
El impacto de la transformación ha sido tan positivo que muchos han pedido a Maribel tutoriales para replicar el proyecto en sus propios hogares. La creatividad y el ingenio de Maribel han demostrado que con un poco de imaginación, cualquier objeto puede tener una segunda vida.
Con este éxito en mente, Maribel ya está pensando en futuros proyectos, como darle una nueva cara a muebles viejos con tela. Su historia demuestra que la creatividad no tiene límites y que incluso los objetos más olvidados pueden convertirse en piezas únicas y llamativas.