La crisis política en el seno del Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) se agrava con la salida de Ramón Alzórriz, vicesecretario general del partido, tras confirmarse que su pareja trabajó en una de las empresas investigadas en el caso Santos Cerdán. La Unidad Central Operativa (UCO) ha solicitado al Tribunal Supremo el rastreo de cuentas y patrimonio de Cerdán, quien posee el 45% de una constructora que ha recibido contratos millonarios adjudicados por el Gobierno socialista de Navarra.
Alzórriz anunció su dimisión durante una rueda de prensa en la que afirmó no haber tenido conocimiento de los lazos de su entorno con la trama. Reconoció que «mi pareja trabajó en Servinabar», una de las empresas vinculadas a las adjudicaciones de Cerdán, aunque insistió en que no sabía que el exdirigente socialista poseía casi la mitad de la compañía.
La investigación de la UCO, que también implica al exministro José Luis Ábalos y a su asesor Koldo García, ha provocado un terremoto interno en el PSN-PSOE. Alzórriz informó a la presidenta de Navarra y secretaria general del partido, María Chivite, sobre el descubrimiento de estos vínculos. Sin embargo, Chivite rechazó sus explicaciones y le retiró la confianza, lo que precipitó su renuncia como vicesecretario general y portavoz parlamentario. Aunque continuará como diputado, su salida debilita aún más al partido en medio del escándalo.
Ramón Alzórriz Goñi, técnico administrativo de 50 años, inició su trayectoria política como concejal de Burlada (2007-2015) y posteriormente entró en el Parlamento de Navarra en 2019, como número dos de Chivite. Antes de entrar en la política, fue presidente del comité de empresa en SAS Autosystemtechnik, representando a UGT.
Su ascenso dentro de la organización le llevó a ser secretario de Organización del PSN y, en marzo de este año, fue promovido a vicesecretario general. Ahora, abandona este cargo en plena tormenta judicial. La imagen de Alzórriz junto a Chivite en el parlamento contrasta con la ruptura actual, marcada por una crisis que amenaza con extenderse en el socialismo navarro.
Mientras la UCO avanza en su investigación, la dimisión de Alzórriz destapa nuevas grietas en un partido que lucha por contener el desgaste ante acontecimientos que podrían no ser los últimos.
