La Semana Santa continúa siendo uno de los momentos más anhelados del año, no solo por su esencia religiosa, sino también por el impacto significativo que tiene en el turismo y la economía nacional. Sin embargo, la duración y los días festivos son variables que cambian considerablemente dependiendo de la comunidad autónoma, lo que genera notables diferencias en la forma en que se planifican los viajes y los descansos.
En 2025, el Lunes de Pascua, que se celebra el 21 de abril, será festivo únicamente en ciertas regiones: Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra, País Vasco, La Rioja y ciertos municipios de Baleares. En contraste, en el resto del país, este día será laborable, lo que brinda a estas autonomías la oportunidad de ofrecer un puente más largo a sus residentes.
La tradición juega un papel crucial en la elección de los días festivos. Por ejemplo, Cataluña y la Comunidad Valenciana optan por declarar festivo el Lunes de Pascua en vez del Jueves Santo, una decisión que fomentó la continuidad del descanso y extendió así las vacaciones. Mientras tanto, Navarra, País Vasco y La Rioja disfrutan de una ventaja adicional al tener tres días no laborables: Jueves Santo, Viernes Santo y Lunes de Pascua. Esta peculiaridad permite a sus habitantes realizar viajes más prolongados y tener una mayor flexibilidad en la organización familiar.
La Semana Santa de este año tuvo lugar del 13 al 20 de abril, con el Viernes Santo (18 de abril) siendo el único día festivo en toda España. Por otro lado, el Jueves Santo (17 de abril) no se consideró festivo en Cataluña ni en la Comunidad Valenciana, donde la actividad laboral siguió con normalidad, a excepción de lo pactado en ciertos convenios locales. Estas divergencias evidencian la diversidad de criterios en la configuración de los calendarios autonómicos y resaltan la importancia de verificar las fechas exactas antes de realizar cualquier viaje.
Entre las localidades que se distinguen por sus celebraciones, destaca un pueblo de Valencia, cuya Semana Santa ha alcanzado reconocimiento a nivel nacional por su riqueza histórica y cultural. Las procesiones y actos religiosos que se llevan a cabo atraen anualmente a miles de visitantes, convirtiéndose en un símbolo de la tradición en la península.
En un contexto donde los días festivos son cada vez más apreciados por su escasez, la Semana Santa se erige como un medidor que refleja no solo la devoción de los ciudadanos, sino también las prioridades en términos de descanso y turismo en España.