En la década de 1970, el fútbol femenino enfrentaba importantes desafíos en España, un país donde la actividad deportiva para las mujeres era, en gran medida, desaprobada. Sin embargo, en este contexto adverso, surgieron figuras clave que desafiaron las normas sociales, como Josefa Cano, originaria de Puertollano. Cano se convirtió en una pionera, al calzarse las botas y asumir el riesgo de ser objeto de críticas en un ámbito profundamente tradicional y masculino.
La historia de Josefa Cano es la de una mujer valiente que, además de ser parte del club CS Puertollano, ayudó a allanar el camino para futuras generaciones de deportistas. Su pasión por el fútbol no solo la llevó a brillar en el terreno de juego, sino que también se convirtió en un símbolo de lucha y perseverancia en la lucha por el reconocimiento de las mujeres en el deporte. Con su ejemplo, muchas comenzaron a reclamar su lugar y visibilidad en el fútbol, un ámbito hasta entonces prácticamente reservado para los hombres.
El impacto de la valentía de Cano y de sus contemporáneas se siente aún hoy, transformando la percepción del fútbol femenino en España. Su legado ha inspirado a innumerables mujeres jóvenes a perseguir sus sueños deportivos, contribuyendo a una creciente visibilidad y aceptación en el mundo del deporte. A día de hoy, la historia de Josefa Cano se recuerda y se celebra como un capítulo vital en la evolución del fútbol en el país, un recordatorio constante de que la lucha por la igualdad en el deporte sigue vigente. Figuras como ella continúan siendo referentes en la búsqueda de más y mejores oportunidades para todas las mujeres atletas, marcando el camino hacia un futuro más inclusivo.