María Rozalén se asocia con la Unidad de Paliativos del Hospital Universitario Perpetuo Socorro de Albacete
La famosa cantante y compositora María Rozalén se ha unido al equipo de la Unidad de Paliativos del Hospital Universitario Perpetuo Socorro de Albacete como su madrina, en apoyo a una iniciativa que busca proporcionar apoyo emocional a pacientes, familiares y profesionales a través de una innovadora ‘pizarra de las emociones’. Esta herramienta permite la libre expresión de sentimientos en un entorno donde el adiós y el apoyo mutuo son fundamentales.
Rozalén compartió una experiencia personal que la vincula profundamente con la misión del proyecto, ya que perdió a su abuela en la misma unidad. Sus palabras de gratitud hacia el personal describen a estos profesionales como «hadas de alas blancas» que restauraron la dignidad de una «vida que se marchita». La emoción de la despedida se refleja en su gesto de inaugurar el mural con versos de una canción de su próximo disco, que son un testimonio de su experiencia personal con el adiós y el cuidado.
La cantautora expresó su deseo de que estos versos sirvan de apoyo a otros en sus momentos más desafiantes, promoviendo una estrecha solidaridad en la comunidad afectada por situaciones de enfermedad terminal.
El Hospital Universitario Perpetuo Socorro de Albacete tiene planes de expandir su labor asistencial, con la promesa de crear una unidad pediátrica para cuidados paliativos, según anunció el director de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, Alberto Sansón. La estrategia se encuentra en fases avanzadas y busca brindar atención a niños los 365 días del año.
Con una historia de atención que asciende a 13,600 pacientes durante sus 25 años de existencia y la celebración de su XXV Aniversario en el horizonte, la Unidad de Medicina Paliativa destaca por su excepcional trato humano, más allá de su competencia profesional. Cristina Nerín, coordinadora de la Unidad, enfatizó la importancia de un enfoque multidisciplinario y la capacidad de respuesta tanto en el hospital, con 10 camas y dos equipos domiciliarios, como en consultas externas.
El pilar de la filosofía de este programa es el respeto por los deseos finales de los pacientes, haciendo hincapié en garantizar un final de vida digno, según las preferencias individuales, y en atender de manera preventiva el dolor y el sufrimiento. Este enfoque ético destaca el principio de ofrecer calidad de vida «hasta el último minuto», según repite el director Sansón.
La participación de personalidades como Rozalén no hace más que fortalecer la visibilidad y sensibilización hacia el imprescindible trabajo que realizan diariamente estos profesionales de la salud, y brinda voz y consuelo a quienes enfrentan los desafíos más difíciles de la vida.
La asociación de María Rozalén con la Unidad de Paliativos del Hospital Universitario Perpetuo Socorro de Albacete representa un impulso significativo para el proyecto y solidifica el compromiso de apoyo emocional a aquellos en momentos de enfermedad terminal. Con su apoyo, se espera que más personas puedan encontrar consuelo y apoyo en un momento tan difícil de la vida.
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