La reciente victoria del candidato de extrema derecha Calin Georgescu en la primera ronda de las elecciones presidenciales en Rumanía ha generado una intensa controversia política. Georgescu, relativamente desconocido hasta hace poco, logró captar el 23% de los votos, superando a candidatos más establecidos y sorprendiendo a la opinión pública. Su ascenso meteórico ha despertado críticas y denuncias que han llevado a la Corte Constitucional del país a intervenir.
En respuesta a las inquietudes sobre la validez de los resultados, el Tribunal Constitucional de Rumanía ha exigido un recuento de los votos de la primera ronda celebrada el pasado domingo. Además, ha decidido aplazar hasta el viernes una solicitud que busca anular dichos resultados, lo que frena el comienzo oficial de las campañas de los dos candidatos que avanzarán a la segunda vuelta, programada para el 8 de diciembre. Georgescu se enfrentará a la candidata liberal proeuropea Elena Lasconi, quien ha advertido sobre los riesgos de la postura neutral que representa su oponente.
Las quejas de los candidatos eliminados en la primera vuelta, Christian Terheș y Sebastian Popescu, han añadido una capa de tensión al proceso electoral. Popescu ha acusado a Georgescu de engañar a los votantes y de recibir apoyo financiero externo, mientras que Terheș sostiene que la retirada de otro candidato antes de las elecciones confundió al electorado, sugiriendo así un posible fraude electoral. Georgescu, por su parte, defiende que su campaña se realizó con la ayuda de voluntarios y sin un presupuesto significativo, atribuyendo su éxito a su estrategia en TikTok, donde logró más de 52 millones de visualizaciones antes de la votación.
La reacción de la ciudadanía no se ha hecho esperar, con manifestaciones en Bucarest en contra de los resultados de la primera vuelta. Esta situación ha encendido el debate sobre el impacto de las redes sociales en las elecciones, lo que ha llevado al regulador de telecomunicaciones de Rumanía a solicitar la suspensión temporal de TikTok mientras se investiga su uso durante la campaña.
Además de las disputas internas, la victoria de Georgescu ha reavivado preocupaciones sobre las relaciones geopolíticas de Rumanía. Conocido por su postura crítica hacia la OTAN y su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin, su visión de una Rumanía neutral frente a Occidente ha suscitado alarmas en sectores políticos. Lasconi ha calificado estas posiciones de peligrosas, advirtiendo que “sin la OTAN, estamos a merced de Rusia”.
Mientras la incertidumbre persiste y la atención internacional se centra en Rumanía, el desenlace de las elecciones promete ser decisivo para el futuro político del país y su papel en el contexto geopolítico europeo.