El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha anunciado que Rusia está dispuesta a apuntar sus misiles hacia instalaciones en la Unión Europea como respuesta al despliegue de misiles de largo alcance estadounidenses en Europa. En una entrevista con el periodista ruso Pável Zarubin, Peskov afirmó que esta medida es una reacción directa a la estrategia de Estados Unidos de emplazar misiles que tradicionalmente han estado dirigidos contra Rusia.
La decisión de la Casa Blanca de desplegar misiles de largo alcance en Alemania a partir de 2026 ha sido el catalizador de la última escalada en las tensiones entre Rusia y Occidente. Este despliegue forma parte del Grupo de Trabajo Multidominio y contempla la inclusión de misiles SM-6, Tomahawk y armas hipersónicas con un alcance de hasta 2.500 kilómetros. Estas armas están diseñadas para reforzar la capacidad defensiva y ofensiva de Estados Unidos en Europa, pero han sido vistas por Rusia como una amenaza directa.
Peskov también criticó la actual situación de Europa, describiéndola como un continente que “se está deshaciendo por sus costuras”. Insinuó que la crisis actual, exacerbada por el despliegue de misiles estadounidenses, podría llevar a una desintegración de la Unión Europea. Esta visión pesimista subraya la percepción del Kremlin sobre la vulnerabilidad y fragmentación de Europa en el contexto de las crecientes tensiones internacionales.
Las palabras de Peskov sugieren una postura intransigente de Rusia frente a las acciones de Estados Unidos y sus aliados europeos, incrementando la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre estas potencias.