Con la llegada del verano y las primeras olas de calor, muchas escuelas en España se enfrentan a un creciente desafío: aulas sofocantes, mal ventiladas y ruidosas. Estas condiciones no solo afectan el bienestar de los estudiantes, sino que también tienen un notable impacto en el rendimiento del profesorado.
En respuesta a este problema, Freehand Arquitectura, un estudio especializado en diseño consciente y certificado como Passive House Designer, destaca seis razones para que las instituciones educativas consideren rehabilitar sus espacios según el estándar EnerPHit, una adaptación del modelo Passivhaus para reformas.
Primero, el enfoque EnerPHit permite realizar reformas en fases, priorizando las áreas más críticas sin necesidad de cerrar el centro educativo. Esto asegura la continuidad de las clases y minimiza las molestias tanto para docentes como para alumnos.
Las aulas rehabilitadas bajo este estándar experimentan un confort térmico constante durante todo el año, eliminando la necesidad de sistemas de climatización costosos. Esto no solo mejora la experiencia educativa, sino que también genera un ahorro energético significativo desde el primer día.
Un beneficio adicional es el entorno más silencioso que se crea. La envolvente pasiva actúa como barrera acústica, favoreciendo la atención y el rendimiento académico. Asimismo, el sistema de ventilación mecánica ofrece aire limpio y saludable, contribuyendo a un espacio más propicio para el aprendizaje.
Por último, las reformas bajo el estándar EnerPHit son elegibles para diversas subvenciones públicas, que en la Comunidad de Madrid pueden cubrir hasta el 80% del costo total dependiendo de varios factores.
Freehand Arquitectura, fundado por la arquitecta mexicana Lourdes Treviño Quiroz, se dedica a ofrecer servicios integrales de arquitectura e interiorismo, siempre adaptándose a las necesidades de sus clientes. Su enfoque personalizado y profesional busca transformar los espacios educativos en entornos más saludables y efectivos para el aprendizaje.
