La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo ha dictado sentencia, condenando a C.C.C. a una pena de cinco años y medio de cárcel por los delitos de homicidio consumado y homicidio en grado de tentativa. Los hechos ocurrieron el 30 de octubre de 2020 en el bar Débora, ubicado en la localidad de Miguel Esteban, durante una confrontación que resultó en la muerte de L.F.V.
Según el fallo al que Diario CLM tuvo acceso, alrededor de las 22.00 horas, F.C.V. llegó al establecimiento de su expareja D.J.J., junto con L.F.V. y un tercer individuo sin identificar. Su intención era localizar y agredir a C.C.C., desencadenando un episodio violento dentro del local.
La defensa del establecimiento recayó en C.C.C., quien en un intento por repeler la agresión, sacó un arma blanca tipo katana de entre sus ropas. Sin embargo, se vio atrapado rápidamente y en inferioridad numérica, siendo F.C.V. y L.F.V. los que continuaron el ataque armados con taburetes de madera, sin darle a C.C.C. la oportunidad de escapar.
Ante la agresión y el acorralamiento, C.C.C. utilizó su arma afectando gravemente a L.F.V. en el cuello, lo que causó su muerte casi de inmediato. Por otro lado, F.C.V. también resultó herido de gravedad.
El Tribunal del Jurado, en su veredicto, reconoció que hubo una legítima defensa incompleta por parte de C.C.C., por lo cual impuso una pena de cuatro años por el homicidio consumado y añadió un año y medio más por el homicidio en grado de tentativa.
Simultáneamente, la sala condenó a F.C.V. a cumplir una pena de cuatro años de prisión por un delito de lesiones, cometido con un medio peligroso. La sentencia tomó en cuenta la falta de circunstancias que pudieran alterar la responsabilidad criminal de F.C.V. en los hechos juzgados.
Este trágico incidente ha tenido consecuencias devastadoras para todas las partes involucradas y pone de manifiesto la importancia de resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa. La justicia ha sido impartida en este caso, pero lamentablemente no se puede devolver la vida perdida. Esperemos que situaciones como estas sirvan de recordatorio sobre la necesidad de resolver diferencias de manera civilizada y evitar la violencia a toda costa.
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