Estados Unidos ha llevado a cabo una considerable ofensiva aérea contra las milicias hutíes en Yemen, en respuesta a un aumento alarmante de ataques contra barcos comerciales en el mar Rojo. Los bombardeos, que han sido dirigidos a instalaciones críticas como radares, baterías antiaéreas y depósitos de misiles, subrayan la firmeza de Washington frente a lo que consideran amenazas a su seguridad y la de sus aliados en la región.
En un comunicado oficial tras la ofensiva, la administración Trump reiteró su compromiso de actuar con determinación ante cualquier desafío que ponga en riesgo los intereses estadounidenses. “Si nos desafían, responderemos con fuerza”, expresó el presidente Trump, señalando que el país no tolerará acciones consideradas agresivas por parte de Irán o de sus aliados en Yemen.
Esta escalada en las tensiones ha captado la atención mundial, evidenciando la postura decidida de la administración estadounidense para proteger sus intereses y garantizar la seguridad en una de las rutas marítimas más estratégicas del planeta. La situación continúa siendo una fuente de preocupación en el contexto de un conflicto que ha repercutido en la estabilidad de toda la región.
