En un desarrollo significativo para la paz en Oriente Medio, Israel y Líbano han suscrito un acuerdo de alto el fuego que comenzará a ejecutarse a partir de la medianoche del 27 de noviembre (hora de Israel). Este acuerdo pone fin a un conflicto prolongado que ha involucrado a Hezbollah, el grupo militante apoyado por Irán que actúa desde el sur del Líbano. La aprobación del pacto fue confirmada por el Gabinete de Seguridad de Israel, el órgano decisional más importante del país, y ha contado con el respaldo del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien ha advertido que cualquier transgresión por parte de Hezbollah será respondida con contundencia.
La mediación internacional ha jugado un papel crucial en la consecución de este acuerdo, con la intervención activa de los presidentes de los Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, respectivamente. El conflicto entre Israel y Hezbollah se ha intensificado en los últimos meses, con un aumento en los ataques con proyectiles desde el Líbano hacia Israel, lo que ha llevado a una serie de represalias violentas de Tel Aviv. Las complicaciones se han visto agravadas por el conflicto en Gaza, donde Hamas, también respaldado por Irán, inició un ataque sorpresivo a Israel en octubre de 2023, provocando una crisis humanitaria devastadora con decenas de miles de víctimas.
El alto el fuego incluye varias cláusulas fundamentales que buscan asegurar una paz duradera en la región. Entre ellas, se establece un cese de operaciones ofensivas, donde Hezbollah y otros grupos armados se comprometen a no atacar Israel, a cambio de que este país no realice operaciones militares en el Líbano. También se reconoce la Resolución 1701 de la ONU como base para el acuerdo y se reafirma el derecho de ambas partes a la autodefensa en caso de violaciones al pacto.
El control del armamento en el Líbano es otro aspecto clave, donde solo las fuerzas oficiales podrán poseer armas en el sur del país, y todas las actividades referentes a armamento deberán estar bajo supervisión gubernamental. Un comité de supervisión, compuesto por ambas partes y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), se encargará de garantizar el cumplimiento del tratado.
Además, el despliegue de fuerzas libanesas a lo largo de la frontera sur se llevará a cabo para controlar los puntos de cruce, y se estipula una retirada gradual de las tropas israelíes del área al sur de la Línea Azul en un plazo máximo de 60 días. Asimismo, Estados Unidos facilitará negociaciones para definir las fronteras entre ambos países.
El acuerdo no solo representa una pausa en las hostilidades, sino también un posible camino hacia una resolución más amplia del conflicto en la región. La participación de actores internacionales clave y el compromiso por parte de Israel y Líbano brindan esperanzas para una cooperación futura más sólida. Sin embargo, el éxito del acuerdo dependerá del estricto cumplimiento de sus términos, lo que determinará si esta tregua se convierte en los cimientos de una paz duradera en Oriente Medio.