El pasado viernes 23 de agosto, el Castillo de Peñarroya, ubicado en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), se convirtió en un escenario fascinante para una experiencia de astroturismo, donde la historia, la naturaleza y la astronomía se entrelazaron de manera excepcional. Esta actividad, organizada por el Ayuntamiento de la localidad bajo el nombre «Observación de estrellas: Peñarroya, el castillo de las estrellas», ofreció a vecinos y visitantes la oportunidad de disfrutar de una noche mágica bajo el vasto cielo estrellado de la región manchega.
La iniciativa fue llevada a cabo por el proyecto «Eva y el Edén», que proporcionó un ambiente añadido a la experiencia al permitir que los participantes se relajasen en cómodas hamacas mientras observaban el firmamento desde las majestuosas murallas del castillo. La velada inició con un aperitivo que incluía la degustación de vino para los adultos, así como limonada para los más pequeños, creando así un entorno acogedor y familiar para todos los asistentes.
Durante la noche, expertos en astronomía ofrecieron un recorrido imaginario por el cosmos, guiando a los presentes en la identificación de estrellas y constelaciones, al mismo tiempo que compartían leyendas de la mitología griega que se relacionan con los astros. Esta combinación de astronomía, cultura e historia cautivó a todos los participantes, despertando su curiosidad hacia el cielo nocturno.
El evento fue considerado un éxito rotundo, evidenciando un creciente interés en el astroturismo como una forma innovadora de ocio que no solo contempla la observación del cielo, sino que también realza el valor del patrimonio local. Debido al entusiasmo generado y a la excelente acogida, el Ayuntamiento había previsto una segunda sesión para el domingo 25 de agosto, que, lamentablemente, tuvo que ser cancelada por las condiciones meteorológicas adversas que dificultaron la visibilidad del cielo.
La Concejalía de Cultura y Turismo de Argamasilla de Alba celebró la alta participación en este primer evento y mostró su disposición a repetir la experiencia en el futuro. Esta experiencia no solo proporcionó un respiro a la rutina cotidiana, sino que también permitió a los asistentes redescubrir el Castillo de Peñarroya desde una perspectiva renovada, transformándolo en un auténtico «castillo de las estrellas».