En el Athletic Club, la reciente incorporación de Aymeric Laporte ha generado un cambio significativo en la defensa del equipo. La FIFA ha dado luz verde al fichaje, permitiendo que el club vasco sume a un defensor de renombre a su plantilla, algo que antes parecía inalcanzable. Sin embargo, el entrenador Ernesto Valverde se enfrenta al desafío de decidir quién acompañará al nuevo refuerzo en el eje defensivo.
A pesar de su estatus como estrella, Laporte comenzará su andar en el Athletic desde el banquillo. La decisión ha sido tomar precauciones: Dani Vivian y Aitor Paredes continuarán en sus posiciones habituales, permitiendo al internacional francés adaptarse físicamente a la competencia. La directiva y el cuerpo técnico son conscientes de que, aunque Laporte tiene el potencial para ser un líder en la zaga, este proceso llevará tiempo.
Conforme el jugador se familiariza con el estilo de juego de Valverde, las expectativas en torno a su contribución al equipo aumentan. El Athletic ha comenzado la temporada con buen pie, y la llegada de Laporte refuerza las esperanzas de éxito en su estrategia defensiva. Desde el seno del club, existe un optimismo palpable por ver cómo se acopla el nuevo jugador y cómo puede ser clave en los futuros desafíos del equipo.