El silencio de Pedro Sánchez en relación al acuerdo con ERC ha generado especulaciones y críticas internas en el PSOE. A pesar de permitir que ERC controle la narrativa pública, los socialistas confían en que todo se entenderá mejor en el momento adecuado. El pacto es frágil y cada palabra y acción han sido cuidadosamente planificadas para no poner en riesgo la solidaridad del sistema de financiación autonómica.
El modelo de financiación autonómica actual no es revisable según expertos, por lo que se busca una segunda descentralización del Estado. Sin embargo, este acuerdo complejo no cuenta con el apoyo completo de todos los socios del gobierno de coalición, lo que ha generado críticas internas en el PSOE.
Barones como Emiliano García Page, Javier Lambán y Adrián Barbón han expresado su oposición al pacto, argumentando que no apoyarán nada que vaya en contra de los intereses de sus comunidades. Salvador Illa trabaja para convencer a los líderes territoriales del PSOE de que el acuerdo no pone en riesgo nada, y que el apoyo de ERC a su investidura es una ruptura definitiva con el procés. Según fuentes de la dirección federal, lo pactado con ERC será extensible a todas las comunidades que lo necesiten, aunque no esté explícitamente detallado en el documento para evitar reticencias en la base de ERC.