El Partido Popular Europeo ha tomado la decisión de excluir a Vox de puestos de representación en el Parlamento Europeo después de que el partido español se uniera al grupo radical Patriotas por Europa. Este nuevo grupo, que incluye a partidos de extrema derecha como el Rassemblement National de Marine Le Pen y La Liga de Matteo Salvini, ha generado preocupación entre los demás partidos europeos.
Pedro López de Pablo, director de comunicación del PPE, ha afirmado que no quieren que los eurodiputados de estos grupos radicales representen a la institución. Por lo tanto, se espera que en la votación para la composición de la Eurocámara, los grupos ultras queden fuera de los puestos de liderazgo.
Esta medida ha generado reacciones encontradas. El grupo ECR ha mostrado su desacuerdo, argumentando que según el sistema d’Hont, Patriotas por Europa debería tener asientos asegurados como la tercera fuerza en el Parlamento Europeo. Por su parte, el portavoz de Patriotas por Europa ha calificado el cordón sanitario como «antidemocrático» y ha afirmado que representan a millones de ciudadanos que tienen derecho a ser escuchados.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ha excluido a estos grupos ultras de sus conversaciones para asegurar apoyos para un segundo mandato. A pesar de esto, mantiene una mayor comunicación con líderes de partidos ultraderechistas como Giorgia Meloni y Petr Fiala.
La fragmentación de la extrema derecha en el Parlamento Europeo ha complicado su cohesión y liderazgo, con diferencias ideológicas y problemas de liderazgo que generan conflictos internos. El objetivo del cordón sanitario impuesto por el PPE y otros grupos es limitar la influencia de estos partidos radicales y evitar que promuevan sus agendas extremistas en la Eurocámara.
Esta medida refleja la preocupación por el aumento de la extrema derecha en Europa y la necesidad de preservar los valores democráticos en el Parlamento Europeo.
