El Almagro FSF cierra el año con una intensa agenda de compromisos que han puesto a prueba su temple y capacidad competitiva. A lo largo de los últimos meses, el equipo ha enfrentado una serie de desafíos que han exigido su máximo esfuerzo, pero ha mantenido su concentración en los objetivos planteados para la temporada.
Una de las principales pruebas de fuego fue la participación en la final del Trofeo JCMM, un encuentro marcado por la tensión y la emoción. Aunque la derrota ante Chiloeches en la tanda de penaltis fue un duro revés, el equipo ha demostrado su resiliencia, capaz de sobreponerse a las adversidades y mantener firme su determinación para alcanzar las metas establecidas para mayo.
El enfrentamiento con Burela FS en la Copa también ha sido un hito significativo. Enfrentándose a uno de los equipos de élite a nivel mundial, el Almagro FSF buscó disfrutar de la experiencia a pesar de la complejidad del desafío. La reciente eliminación de Guadalcacín, un rival de la Primera División, ha añadido un subidón de adrenalina a la competición, reforzando la creencia del equipo en su proceso de crecimiento y en la importancia del trabajo diario.
De cara a la recta final del año, el Almagro FSF se prepara para su último encuentro liguero contra Camoens. Aunque el adversario se encuentra en una situación complicada en la tabla, el equipo es consciente de que no puede permitirse la confianza excesiva. Con el objetivo de sumar tres puntos, esta jornada se presenta como una oportunidad para que el entrenador Jaime García dé minutos a las jugadoras menos habituales, manteniendo siempre como prioridad la búsqueda de la victoria.
Así, el Almagro FSF cierra un año lleno de emociones y aprendizajes, avanzando firme en la construcción de un proyecto ambicioso que busca continuar mostrando su competitividad en las próximas temporadas.
